Poco importa ya si pueden votar gracias a un decreto del gobernador Pérez o una decisión judicial. A 30 años de la libertad de las urnas, el sufragio de los chicos de 16 y 17 años se convirtió en una realidad y unos 30.000 mendocinos de esta franja etaria estuvieron ayer en condiciones de ejercer su derecho.

El ritual de aplaudir a los noveles votantes se mantiene, aunque para los menores de 18 años tiene un toque especial porque incluso aplauden las autoridades y los electores de las mesas vecinas.

“Me gustó votar en las PASO y no me iba a perder esta elección. Siento que elegir mis representantes es una responsabilidad que tengo que asumir”, dijo María Emilia Hernández (16) tras colocar el sobre en la urna de la mesa 29 de la escuela Patricias Mendocinas, de Ciudad.

Entre nerviosa y emocionada, la jovencita reflexionó: “Me parece que si no votás no te podés quejar después. Ahora no es obligatorio para nosotros, pero después sí tendremos la obligación. Es una manera de ir preparándose para el futuro”.

Estudiante en la escuela de la Universidad del Aconcagua, esta futura médica o psicóloga –aún no sabe qué seguirá cuando finalice el nivel secundario– fue acompañada por su mamá, Fernanda (41). La mujer aseguró que ver a votar a su hija la llena de orgullo: “Ella no sabe lo que es no tener democracia. Yo alcancé a vivir los coletazos de la dictadura y me acuerdo. Aunque para mí el voto no debería ser obligatorio, es nuestro derecho y hay que ejercerlo. Si no participamos, no somos parte y si no somos parte no podemos reclamar nada”.

De manera similar piensa Luz Ocampo (17), vecina de Guaymallén que tenía 16 cuando votó en las PASO y ya cumplió los 17 para estas legislativas. “Voto porque creo que es parte de la conciencia social. Después nos quejamos de las decisiones de la presidenta o del gobernador pero no somos conscientes de que nosotros los elegimos”, aseguró.

Luz comentó, tras sufragar en la mesa 936 de la escuela Profesor Tomás Silvestre, que entre sus compañeros de la escuela José Vicente Zapata se habla “bastante poco” de política pero “se quejan mucho. No podés reclamar si no hacés nada. Yo quiero participar porque no quiero quedarme afuera”.

El trayecto del voto joven

Hace un año, el Congreso aprobó la Ley Nº26.774, que establece que los argentinos “que hubiesen cumplido la edad de dieciséis (16) años gozan de todos los derechos políticos conforme a la Constitución y a las leyes de la República”, lo cual se traduce en la autorización del Estado nacional para que los adolescentes de 16 y 17 años voten.

Para estos ciudadanos, el voto no es obligatorio pero quienes deseen ejercer su derecho deben empadronarse y tramitar el nuevo DNI.

En vista de las elecciones primarias celebradas en agosto, este procedimiento estuvo disponible hasta el 30 de abril y de él resultó que unos 600 mil adolescentes están en condiciones de sufragar, cifra que para Mendoza se calcula en 30.000.

El gobernador Francisco Pérez firmó el pasado 6 de agosto el decreto Nº1.183 mediante el cual convocó a los jóvenes de 16 y 17 años –por ley nacional pueden votar cargos nacionales– a participar en las legislativas que se realizaron ayer para elegir diputados y senadores provinciales.

La medida generó el rechazo, entre otros, del PD, que presentó un recurso ante la posible violación de la Constitución provincial, que en su artículo 50 sostiene que el sufragio “le corresponde a todo ciudadano argentino mayor de dieciocho años”.

El viernes, a 48 horas de las legislativas, el juez federal Walter Bento confirmó que los adolescentes que quisieran votar y que se hubieran empadronado podían elegir ayer cargos provinciales hasta tanto la Justicia se expida al respecto.