Con motivo de las jornadas para discutir el protocolo de violencia escolar, la mayoría de los colegios de Mendoza no dictaron clases. Los docentes debatieron las propuestas de la Dirección General de Escuelas (DGE) y expusieron sus sugerencias. Si bien reconocen que la medida es necesaria, coincidieron en que se necesita más tiempo para estudiar cada punto del protocolo y reconocieron que debe darse más importancia a la protección de los derechos e integridad física de las autoridades escolares.

"Los chicos y los padres saben que ningún estudiante puede quedar fuera del sistema educativo, entonces se producen situaciones de violencia hacia los profesores que tienen las manos atadas", explicó Natalia Domínguez, de la secretaría del Colegio Normal ubicado en calle Rivadavia y Patricias Mendocinas, de Ciudad.

A su lado, Sonia Bernal Moyano, vicedirectora del establecimiento escolar argumentó que en su escuela hubo un caso de agresión hacia un profesor de Geografía. "Dos alumnos escupieron a un docente de Geografía. Él se acercó a radicar la denuncia pero no se la tomaron, incluso la situación se dio vuelta y las madres de esos chicos fueron a denunciar y sí se las tomaron. Estaba muy asustado ese profesor", narró la docente.

Ante ese panorama, el accionar del Normal fue separar a estos dos estudiantes, asignarles un nuevo profesor y que reciban clases de apoyo. "Y ya están teniendo problemas con al nueva docente", agregó Bernal Moyano.

El protocolo abarca temas de violencia entre alumnos, ciberviolencia, de padres a docentes y viceversa y violencia sexual, tanto intrafamiliar como en las escuelas, entre otros.

"Son muchísimos ítems, todos importantes, no podemos tratarlos en cuatro horas, nos parece muy poco tiempo, quedaron muchos temas por estudiar", señaló Antonio Marino, director de la escuela Mario Casale, ubicado en calle Doctor Moreno y Roca de Las Heras, cuya matrícula supera los 730 alumnos.

En este establecimiento, los docentes formaron en ocho grupos y se dividieron los puntos contemplados en el protocolo. A partir del debate, algunas de las conclusiones abarcaron la importancia de trabajar para paliar el ciberbullying y necesidad de adoptar medidas para proteger a los profesores.

"La violencia en Internet dispara muchos otros temas. En las redes sociales se comparten videos o imágenes de peleas escolares. Hablamos de denunciar si hay maltrato en el campo virtual, pero esto es algo muy genérico y que debe ser estudiado en profundidad, un profesor no puede tener como amigo a un alumnos salvo que ése sea el método de trabajo que elige el docente", expresó Gustavo Valdés, regente de la escuela Casale. Mientras que Carlos Reyes, coordinador del área educativa agregó: "No existe una legislación que proteja al docente. Que señale cómo y hasta qué punto puede intervenir. Entonces este debate es fructífero porque puede proporcionar un respaldo para los docentes".

En la misma sintonía, desde el colegio Normal declararon que el ciberacoso es un punto fundamental que debe tratarse. "Todo nace en Facebook y se transmite a la escuela. El objetivo debería ser prevenir estos casos, acá hemos trabajado este tema. Debemos reconocer que las escuelas son el primer reflejo de la sociedad que es muy violenta", sostuvo la vicedirectora del establecimiento. Su colega, sumó que "la escuela no puede hacer en cuatro horas lo que ya debería venir aprendido desde la niñez en la casa".

En la escuela Teniente Origone, situada en las calles Paul Harris y Sargento Cabral de Las Heras, se registró en mayo de este año una situación de este tipo. Por este motivo, desde esta institución escolar también se enfatizó en la necesidad de medidas para proteger y defender a la autoridad del aula. "Está muy desprestigiada la figura del docente. Vivimos en una sociedad muy violenta y, muchas veces, los chicos se comportan de acuerdo a lo que ven en sus casas, en su entorno familiar. La profesora agredida está con licencia, tiene ataques de pánico y no sabemos si volverá a dar clases", indicó Laura Escudero, maestra de séptimo grado.

Natalia Bulnes, docente de primero y séptimo grado de la misma institución educativa y que reemplaza actualmente a la maestra agredida comentó que no es nada fácil pararse frente a un curso. "Tenemos que estar muy atentas, incluso cuando salen de la escuela, viendo con quien se va cada uno de los chicos porque aún continúa esa psicosis que se instaló en la escuela a partir de la denuncia de la mamá que aseguró que habían secuestrado a su hijo".

Sobre el tema también opinó Viviana Rodríguez, vicedirectora de la escuela Origone. "La violencia es una problemática instaurada desde la familia. Si a los chicos se los educara como se nos educó a nosotros cuando éramos chicos con valores y respeto hacia los demás, evitaríamos agresiones entre alumnos y a docentes. Los profesores se tienen que dedicar a enseñar. Estamos dejando de lado nuestra tarea de educadoras para ser contenedoras y esto no debe ser así", dijo.

Uno de los últimos puntos del protocolo señala el trato que deben mantener las autoridades escolares con la prensa. Básicamente, lo que señala este punto es que sólo el director del establecimiento educativo- o la persona que éste designe- es la única figura que puede referirse a lo que ocurre dentro de las instalaciones y de manera breve y concisa.

"El que elije la función de docente, lo hace por vocación y cuidamos a nuestros alumnos como si fueran nuestros hijos. A veces, notamos que algunos casos de abuso que se dan en las escuelas son supuestos. Sin embargo, antes de realizar las investigaciones pertinentes se muestra la cara de la docente acusada sin comprobarse la veracidad del caso", indicó Rodríguez.

"Si no se comprueba lo que pasó, las docentes acusadas quedan estigmatizadas y deben cargar con eso, ponen en riesgo su carrera", concluyó Escudero.

Todas las autoridades escolares consultadas por El Sol Online coincidieron también en que el acompañamiento de los padres es fundamental para intentar combatir los episodios de violencia en los colegios.