Página 12 - Jueves 28 de agosto de 2014
Al barrio lo llaman Fuerte Apache, con todo el estigma que eso implica. Ahora, chicos de la escuela primaria aprenden los secretos de la radio para hacerse oír. El taller, organizado por la Afsca, plantea que “no hay democracia profunda si no se democratiza la palabra”.
Aquella aula del segundo piso de la Escuela Padre Carlos Mugica, en el barrio de Fuerte Apache, parecía chiquita, pero aguantaba bien. El programa de radio lo hacían siete alumnos sentados alrededor de una mesita redonda, con guiones y micrófonos en mano. A sus costados, decenas de padres, maestros y autoridades se amontonaban para prestarles atención con orgullo y alegría. Todos estaban de fiesta. Los chicos tenían una de las emisiones más importantes donde anunciarían, al fin, una gran noticia para ellos: en los próximos días comenzarán un taller de radio para seguir aprendiendo el oficio. Organizado por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), fue lanzado en esa escuela de Ciudadela y se propone generar herramientas de comunicación e inclusión social para niñas y niños de nivel primario.
La Afsca lanzó el programa Encontrándonos con el Lenguaje de la Radio, un taller de radio optativo para alrededor de 30 alumnos de 5º y 6º grado del barrio Ejército de los Andes, conocido como Fuerte Apache. Serán cinco clases de tres horas cada una, para desarrollar recursos de expresión que les permitan generar y dar a conocer sus ideas y experiencias de vida. “No es casual que estemos en este barrio tan popular, que muchas veces es estigmatizado. Sabemos que estos talleres cumplen una función social importantísima. Son los pibes y pibas del barrio apropiándose de nuevas herramientas, que les permitirán construir y expresar sus propios relatos anclados territorialmente con sus verdaderas historias”, señaló Martín Sabbatella, titular de la Afsca, quien asistió al acto y fue el entrevistado estrella de la Radio de la Buena Onda, un proyecto creado el año pasado por docentes y alumnos de 10 y 11 años del Mugica.
“Es la posibilidad de que empiecen a meterse en el mundo de la comunicación, es un derecho que tienen todos los niños y adolescentes para que puedan informarse y contar lo que piensan. El Estado tiene que garantizarlo. Este es un granito de arena, porque no hay democracia profunda si no se democratiza la palabra”, le aseguró a Agustín, un alumno de 6º grado que conducía el magazine radial. De guardapolvo blanco y con una bufanda celeste y blanca puesta, se bancó el mano a mano con Sabbatella, donde hablaron sobre el taller y la ley de comunicación audiovisual.
Junto a él también estuvieron Graciela Romanelli, coordinadora de la delegación de la Afsca Conurbano Oeste, y Andrea Conde, directora nacional de Proyectos Especiales, entre otros. Conde indicó a Página/12 que el organismo calcula que en 2014 se darán unos 500 talleres similares a lo largo del país. “También estamos trabajando con el Ministerio de Educación de la Nación con secundarios y profesorados, donde damos autorización para que instalen radios y hacemos talleres de capacitación. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la demanda de los pibes abren un espacio para que otras voces aparezcan”, detalló.
Romanelli explicó que “en el taller los chicos van a aprender herramientas de producción, locución y edición, para impulsar una construcción colectiva de la realidad”.
Durante el programa, los alumnos hablaron sobre el derecho a la información y a la comunicación para los más chicos. Hubo cuentos y canciones para la reflexión, chistes al pie y hasta publicidades de la escuela donde invitaban: “Vení a anotarte a la Escuela 50”. Enzo, uno de los columnistas del programa, leyó un informe sobre el Mundial de Fútbol en Brasil. Aunque Argentina no salió campeón, no le importó y se dio el gusto de relatar a lo Víctor Hugo el triunfo que significó el golazo desde mitad de cancha de Maradona a los ingleses en el ’86. También le dieron un espacio a la memoria y a la recuperación del nieto de Estela de Carlotto, que se llevó una ovación.
“Me gusta la radio porque es divertida, escucho música y los chistes. Antes hacíamos un rincón literario, leíamos poesías de risa y de amor”, comentó tímida Silvina, una de las niñas que formaron parte del programa. Una de sus compañeras, Melanie, reveló que “de grande, me gustaría ser locutora porque es la persona que más habla. Me gusta escuchar la música y nuestra voz cuando hablamos”.
Si bien el Mugica lleva grabados varios programas, nunca pudieron transmitirlos al aire en ninguna radio FM o de Internet. Esta última opción parece ser el objetivo al que apuntan, a partir del apoyo de la Afsca. Mariela Zelaya, una de las maestras de la escuela que darán el curso junto a docentes de la productora audiovisual comunitaria Sonora Social, contó que “vimos que los chicos lo disfrutaban y los enganchaba con la escritura y la lectura. Descubrimos a quién le gustaban contar chistes, dar noticias, ellos elegían los temas para hablar. Este proyecto de la Afsca está bueno porque los docentes no sabemos hacer locución, producción o musicalización. Tampoco quiénes son los actores de la radio. Esto nos va a formar, es un desafío para nosotros también. Es un regalo caído del cielo”.
Informe: Gonzalo Olaberría.
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