La provincia busca captar a los amantes de las criaturas prehistóricas y creó un circuito turístico-cultural en el Parque Cretácico Huellas de Dinosaurios, ubicado en Malargüe. Así, el yacimiento con rastros que saurópodos dejaron hace millones de años podrá ser visitado por el público, y quedará integrado a la cada vez más popular ruta que conforman sitios y museos paleontológicos del Oeste argentino.

En el 2006, científicos del Ianigla-Conicet hallaron hacia el norte de la cabecera de Malargüe huellas (icnitas) de dinosaurios preservadas en rocas de la Formación Loncoche, que hace más de 70 millones de años era parte de una zona con deltas vinculados a una entrada del mar desde el Océano Atlántico.
El equipo liderado por Bernardo González Riga, jefe del Departamento de Paleontología del Ianigla-Conicet, determinó que pertenecían a saurópodos titanosaurios, unos inmensos herbívoros de cuello largo que habitaban el Sur de la provincia y el norte de la Patagonia a finales del Cretácico.

Los científicos contabilizaron 400 icnitas que denominaron Titanopodus mendozensis, en lo que fue identificado como el primer yacimiento de huellas de dinosaurios en Mendoza y uno de los más importantes de América del Sur. Una vez dado a conocer, el sitio comenzó a ser estudiado por expertos del Ianigla y atrajo la atención de colegas de otras partes del planeta.

Sin embargo, no estaba abierto al público general e incluso para evitar la potencial depredación de las huellas se mantuvo en secreto su ubicación exacta. Para revertir eso, en la Legislatura se presentó un proyecto de creación de un parque provincial que, si bien fue aprobado en Diputados, quedó estancado en Senadores. No obstante, la Comuna de Malargüe avanzó y creó el Parque Cretácico Huellas de Dinosaurios, que es municipal.

A la creación del parque municipal, el 23 de noviembre, siguió la firma de un convenio mediante el cual la Nación, la Provincia y esa municipalidad se comprometieron a brindar asistencia y cooperación para preservarlo y desarrollar ahí un circuito científico-cultural. Así, el sitio, que cubre unos 14km2 podrá ser visitado por quienes realizan turismo paleontológico y generan notables dividendos para provincias cordilleranas, como San Juan y La Rioja, que poseen yacimientos como éste.

Según el acuerdo, la Dirección de Patrimonio de la Secretaría de Cultura de la Provincia se ocupará de la custodia y el monitoreo del yacimiento para que de ahora en más no se deteriore, ya sea por causas naturales o culpa de los futuros visitantes.

Los científicos del Ianigla tendrán a cargo la preservación de las huellas. “Eso demandará labores como el endurecimiento de la roca que las contiene, así como el relleno de las fracturas de los bordes y fondos con pegamentos especiales, y usando el mismo sedimento para que no se note la restauración. Es algo que ya hicimos con 30 huellas”, explicó González Riga, quien junto al resto del equipo ha efectuado 15 viajes de estudio para medir, analizar y preservar el yacimiento.

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