En Mendoza, alrededor de 110 mil personas se alimentan con verduras y frutas que se producen en las 24.440 huertas cultivadas por miles de familias que cuidan la salud de sus cuerpos y bolsillos. Con semillas de alta calidad, frutales y aves de granja, las huertas pueden ser una salida alimentaria para numerosos grupos familiares que hoy no tienen el dinero suficiente para comprar todos los artículos de la canasta.

Hay que sumar el trabajo de 129 huertas escolares y 149 huertas comunitarias, que aportan el alimento a unas 5.400 personas. La organización de estos emprendimiento corresponde al programa ProHuerta, que tiene una antigüedad de 22 años, y lo lleva adelante el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que en Mendoza coordina el ingeniero Guillermo Guida. Las más de 24 mil huertas están distribuidas en todo el territorio provincial, pero hay un lugar que se caracteriza por haberlas cuidado desde hace mucho tiempo y es el departamento Lavalle.

FAMILIAS PRODUCTORAS. "Me da de comer, cuido la salud y ahorro mucho dinero", dijo a El Sol Mabel Ríos, empleada administrativa. "Estoy con la huerta hace ya 15 años", agregó, quien tiene su huerta en el patio inmenso de su vivienda en el barrio Los Jarilleros, a pocos kilómetros del centro de la Villa Tulumaya. El barrio es grande y tiene en pocas cuadras 30 huertas. Semejante concentración demuestra el hábito por el cultivo propio de las verduras en este departamento. La población de Lavalle es de 37 mil personas. Allí, hay unas 1.800 huertas que con frutas y verduras ayudan a la alimentación de 30 por ciento de la población lavallina. Los vecinos directamente relacionados a las huertas son unos 8.000, que no sólo ahorran bastante al tener esta producción en casa, sino que también venden lo que no alcanzan a consumir.

Mabel dice que quien se dedica de lleno a la huerta es su hijo de 15 años. "Es la única forma que tengo de que se ponga a trabajar", subrayó por lo bajo. Ella tiene plantadas lechuga, acelga, porotos, habas, zanahorias, veterabas, albahaca, rabanitos, choclos, tomates y melones. Destaca que la capacitación la recibe del INTA, al igual que las semillas, que tienen dos entregas por año: temporada otoño- invierno y, ahora, la temporada primavera- verano.

Confiesa que cuando viene de trabajar se dedica a cortar los "yuyos y la chipica" que crecen entre los surcos. "Nos viene bien la huerta, porque con mi hija estamos con un régimen de comida, entonces, de paso, nos cuidamos", destacó. En el mismo barrio Los Jarilleros, a dos cuadras de distancia, vive el matrimonio de María Fany y José Antonio Di Carlo, de 77 años. En el patio, en un espacio pequeño, ya plantaron espinacas, cebollas y porotos; acelga, perejil, tomates y lechuga; berenjenas, pimiento, maíz y melones. Sonriendo afirmaron: "Hace 14 años que estamos con este programa. Ahorramos mucho dinero y comemos sano".

EL PROGRAMA. El coordinador del programa ProHuerta, ingeniero Guillermo Guida, explicó: "Esperamos que en el 2013 podamos tener 30 mil huertas familiares". Indicó que "hay 46 técnicos afectados al programa y 583 promotores: 178 voluntarios, 236 institucionales y 169 docentes. Ellos se encargan de visitar las huertas y capacitar a las familias. La enseñanza se realiza en forma individual o en grupos y la tecnología transferida es de base agroecológica. Para el control de plagas y enfermedades, no se aplican agrotóxicos ni fertilizantes químicos".

LAS GRANJAS. La oferta de ProHuerta se completa con la entrega de frutales y animales de granja. "Para esto, afirmó Guida, el INTA cuenta con uno de los centros de multiplicación de aves y conejos más importantes del país. Está en la estación experimental de Rama Caída, en San Rafael". Desde Rama Caída se entregan pollitos bebés para toda la provincia y también para San Juan, San Luis, La Rioja, Córdoba y Río Negro. Para esto se producen 120 mil pollitos bebés cada año. Hay que destacar que en Mendoza hay actualmente 3.421 granjas de aves de las razas ponedoras negras, rubia INTA y doble propósito, que proveen carnes y huevos.