"Solito" es un galgo muy flaco, color té con leche bien clarito, que pisa con fuerza la tierra seca y persigue a las gallinas alrededor de la casa de la familia Sosa, un puesto que está saliendo de Pareditas, en San Carlos, a 130 kilómetros al sur del centro de la Capital provincial. Allí, la familia ilumina sus días con uno de los 1.561 paneles solares que forman parte de un programa provincial.

La casa es humilde y tiene dos grandes ambientes: los dormitorios y el lugar en que todos almuerzan y donde los chicos hacen las tareas de la escuela. La vivienda está en medio de un inmenso terreno, cercano a la extensa serranía que luego trepa la montaña y que, en parte, fue ganada por viñedos y las espesas arboledas.

El ambiente es seco y la tierra se mete por todos los huecos cuando corre viento o pasan grandes camiones por un ancho callejón, transportando materiales de una cantera cercana. Sin embargo, el centro de la escena es la radio que está sobre la mesa, sintonizada en FM Fantástica, que llena con cumbias el mediodía soleado. Esa música y la radio son posibles desde que a los Sosa les instalaron un panel solar en el patio.

"La luz nos cambió la vida. Antes debíamos usar velas. Un poco antes del anochecer debíamos cenar e irnos a dormir. Ahora es distinto. Al tener luz, podemos ver televisión, los chicos tienen más tiempo para hacer las tareas de la escuela y nos acostamos más tarde", afirmó Laura de Sosa.

La familia está compuesta por Iván, el padre, y su esposa, Laura. Sus hijos son Miriam Lucía, de 11 años; Iván, de 8 años y Ana Laura, de 6. Todos tienen sus tareas, pero una pasión los une: son todos jinetes. Iván, por ejemplo, hace unas semanas ganó un premio en Chilecito en destrezas criollas.

"Ahora podemos alargar el día con la luz a la noche. Ahora contamos con un foco en la cocina para cenar", dice Laura con una sonrisa en el rostro. Ella comienza bien temprano su día. Ya a las 7.30 sale caminando con los chicos para llevarlos a la escuela Libertad, que "está en la otra cuadra", en realidad, a un poco más de un kilómetro.

Al mediodía, la mujer los va a buscar pero antes le sirve el almuerzo a su esposo. Mientras él se va a trabajar, ella ya está caminando otra vez hasta la escuela para traer a los niños. Ya en casa, pueden ver televisión, escuchar música y "prender" la luz cuando se hace de noche.

El panel es un rectángulo de un metro cuadrado. Capta la energía solar y la envía a una batería que está dentro de la casa. La energía, que pasa por un tablero sencillo atornillado a la pared, puede sostener nueve focos encendidos. Hace funcionar un televisor y una radio

Un programa especial

Los Sosa tienen energía gracias a la instalación de un panel solar en el patio de su casa. Forman parte de 1.561 puesteros de todos los departamentos mendocinos que son incluidos en el programa nacional PERMER, Proyecto de Energías Renovables en Mercados Eléctricos Rurales.

Los destinatarios son todos los habitantes de zonas rurales, y quienes trabajan para ellos son los gobiernos nacional, provincial y municipal. La inversión en la primera etapa alcanzó a 4.160.490 dólares y benefició con la instalación de paneles a 1.561 puestos de la provincia.

Las tareas se realizan bajo las indicaciones de la Dirección de Energía, de la Subsecretaría de Energía y Minería del Ministerio de Infraestructura.

Concretamente, el relevamiento de cada puestero en su terruño fue hecho por los municipios. Luego se hicieron las licitaciones y hubo empresas ganadoras que se encargaron de instalar los equipos en cada puesto.

Y ahora, la inspección técnica está a cargo de los profesionales de Energía.

La segunda etapa, que está a punto de comenzar, contempla la instalación de calefones solares y bombas solares que permitan la extracción de aguas subterráneas.

La familia Sosa está conforme con los paneles aunque les están fallando desde el municipio de San Carlos. Prometieron ir para proveerlos de focos de bajo consumo. Tenían nueve y sólo les queda uno sano.

También les dijeron que irían porque en una reciente tormenta cayó un rayo que dañó el panel. Como Laura es una mujer de acción, ella misma desarmó el panel y conectó todos los cables con el papel plateado de los paquetes de cigarrillos. Todavía les dura esa conexión improvisada mientras esperan a los técnicos de la Municipalidad de San Carlos.