Uno - Martes 30 de octubre de 2012
Este año se cuadruplicó la cantidad de lugares destinados a tal fin, lo que mejoró la oferta para más de 31.500 mendocinos analfabetos. Unos 200 voluntarios se anotaron para enseñar gratis.
Más de 1.100 adultos y jóvenes –desde los 15 años– aprenden a leer y escribir sus primeras palabras en casas de familias, bibliotecas, uniones vecinales, comedores, clubes, centros educativos, escuelas y demás espacios que funcionan como centros de alfabetización en Mendoza.
En la provincia existían 40 espacios destinados a esa tarea, pero este año se crearon 150.
Según las últimas cifras oficiales (Censo 2010), en Mendoza hay 31.500 personas en situación de analfabetismo, alrededor de 180.000 mayores de 18 años no tienen educación primaria y unas 500.000 no completaron la secundaria.
Ante esta situación, en la provincia tomó impulso recientemente el Programa Nacional Encuentro de Alfabetización, que fue creado en 2003 por el Gobierno nacional. En este contexto, la Dirección General de Escuelas trabajó con conjunto con la Dirección de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, y con los distintas áreas de educación en los departamentos para articular acciones que acerquen a la escuela a las personas que no saben leer y escribir.
Como –sobre todo en los adultos– se comprobó que este acercamiento se logra con ayuda de personas del entorno del “futuro alumno”, se comenzó a trabajar en el reclutamiento de voluntarios alfabetizadores en su territorio. Este año ya se inscribieron más de 200 personas, pero el trabajo debe organizarse con los centros de alfabetización y entidades gubernamentales y no gubernamentales que trabajan en el plan. Actualmente, 190 voluntarios están en acción en los centros y otros 90 ya están capacitados y en vías de incorporación al trabajo con los alfabetizandos.
Nora Chaves, subdirectora de Centros de Educación Básica de Adultos (CEBA) en Mendoza, explicó a Diario UNO que el alfabetizador es fundamentalmente aquella persona que, trabajando en su comunidad, observa a quién le ha faltado el derecho de acceder a la educación. La mayoría ya ha tenido un trabajo social, por lo que “al promocionarse este programa ha querido anotarse para trabajar con su gente”.
Los alfabetizadores deben tener 18 o más años y haber finalizado la educación secundaria. Quienes deseen anotarse pueden hacerlo en www.alfabetizacionmza.com.ar. Sin embargo, para hacerlo preferentemente deben estar ligados a alguna organización que haya firmado convenio con Educación, según indica en los requisitos la misma página.
“Se trabaja con los alfabetizandos en los horarios que ellos pueden, en dos reuniones por semana, con 40 encuentros en total. Así logran su primer encuentro con la cultura escrita. Muchos quieren ayudar a sus hijos en las tareas, quieren aprender a usar un celular o quieren poder ir al banco a cobrar, esto sobre todo en el caso de las personas mayores que todavía no pueden firmar porque no saben ni escribir su nombre”, agregó Chaves. Los materiales son brindados por el ministerio nacional.
El inicio de un camino
Ayer se realizó el tercer encuentro destinado a capacitación en alfabetización “Reencuentro del maestro con la tarea de alfabetizar”. Fue en el barrio La Favorita y se trató de una de las instancias que forman parte de lo que deben aprender los voluntarios para su tarea.
María del Carmen Lorenzatti, investigadora disertante proveniente de Córdoba, remarcó que el gran problema suele ser la articulación de este tipo de programas con la educación formal, ya que muchos dan sus primeros pasos en los centros de alfabetización y luego no ingresan a las demás instancias, como los CEBA.
Al respecto, la académica dijo a UNO: “En términos específicos de alfabetización, la política sigue siendo la misma que en años anteriores. Es más, las cartillas (materiales que se utilizan hoy) son las mismas que usó (la gestión de gobierno de Raúl) Alfonsín, reescritas y readaptadas con dibujos de Fontanarrosa. El programa Encuentro plantea la articulación con otros niveles educativos, en lo discursivo. Al menos hasta ahora, en Córdoba no había alguien desde la Dirección de Adultos que dijera cómo seguir y todo quedaba en la buena voluntad de la maestra o el alfabetizador. Al no haber un responsable designado, a la hora de articular con el nivel educativo se diluye”.
http://www.diariouno.com.ar/edimpresa/2012/10/30/nota312302.html
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