El Sol - Domingo 19 de mayo de 2013
Xinca SA es una empresa social que busca darle trabajo a personas con extrema vulnerabilidad. Un preso diseña los modelos. Las estrategias de mercado y los rebusques para conseguir materiales.
Se puede decir que que Xinca SA, Zapatillas Sustentables, no es una empresa tradicional, sino que apunta al impacto social y ambiental como su más importante fin. ¿El objetivo? Trabajar con material reciclable y, al mismo tiempo, brindar trabajo a gente que vive en situación de extrema vulnerabilidad.
De hecho, en el diseño del calzado trabaja Ricardo Aballay, un jóven de 32 años que actualmente cumple prisión domiciliaria en su casa de Guaymallén, con esposa, hijos y sus padres.
Ezequiel Gatti fue quien luego de una larga búsqueda por encontrar compatibilidad entre el concepto de negocio y la sustentabilidad lo contactó a Ricardo.
Gatti generó la idea con el sueño de moverse fuera del paradigma del fin de lucro: \"Queremos rentabilidad para seguir buscando mayor impacto en el medio ambiente y generar una red social de trabajo cada vez más grande. No se trata aquí de rentabilidad por rentabilidad misma\", resume Gatti.
Cómo es el proceso que implica cambiar un poco el mundo de los negocios, las dificultades y las posibilidades para un futuro más inclusivo es parte de lo bosquejan Gatti y sus compañeros para un futuro que ya comenzó.
¿De qué se trata el concepto de 'zapatillas sustentables'?
Fabricamos zapatillas cuya base o suela está hecha con reciclado de neumático. Es un reciclado de caucho. La parte de arriba es una costura hecha con ropa de trabajo que ya están fuera de uso y que único destino sería la basura. Así, las telas vienen de mamelucos, camisas de trabajo, jeans gastados. Incorporamos la mayor cantidad de material reciclado. El único material virgen son los bies y el elástico.
¿Cuándo arranca Xinca?
Arrancamos en diciembre del año pasado, cuando empezamos a investigar más a fondo sobre los procesos de reciclado.
¿Cómo es el proceso de armado?
Compramos la base de caucho a una empresa que se dedica también a vender eso. Pero nos costó encontrarla porque prácticamente no hay empresas que lo hagan. Nosotros compramos la base y el pegamento y después confeccionamos el modelo con máquinas de coser aprovechando las texturas de la ropa del trabajo.
¿Cómo consiguen los uniformes de trabajo inutilizables?
Estamos trabajando ya con algunos convenios con empresas que se comprometen a darnos la ropa cuando, por ley, deben actualizarla a sus empleados. La idea es convertir ese posible residuo en un producto y una oportunidad de trabajo para otros.
¿Quiénes se hacen cargo del diseño y el armado?
La familia Aballay (Ricardo y su padre, el Mono) es fabricante de zapatos desde hace muchos años. Llegué a ellos por recomendación de gente en común. Yo les traigo un modelo de zapatillas, lo copiamos o agregamos ideas propias y tenemos una zapatilla social y ambiental.
¿Qué diferencia hay entre una empresa social y una con responsabilidad social?
Básicamente, acá el fin es generar cada vez más impacto social y en el medio ambiente y no la rentabilidad. Las empresas con responsabilidad social (RSE) creo que intenta mejorar los procesos de produccción que hace mal y que generan daño y exclusión. El concepto de una empresa social te vuela la cabeza (se ríe) porque es inclusiva, porque genera una red social de reciclado, porque genera oportunidades hasta fuera de la propia empresa. La rentabilidad aquí es el medio para generar impacto.
¿Hay antecedentes en Mendoza o en Argentina sobre ésto?
Tengo entendido que no, y que la única experiencia que utiliza cahucho para las suelas y este tipo de confección está en África.
En medio de la charla, Ricardo Aballay, el diseñor de Xinca, muestra con lógico orgullo sus últimos diseños. Además de venir de una familia de zapateros, él colabora en una empresa que fabrica esos productos. Ricardo cumple con una condena adentro de su casa y agradece poder compartir el día con su mujer y sus hijas y, sobre todo, la posibilidad de trabajar en lo que le gusta, sentirse útil y creativo, puertas adentro. Su anhelo es que la confección de las zapatillas se extienda a otros internos de la Penitenciaría provincial. Claro, una vez que la empresa crezca y sea necesario planificar la producción a escala.
"Ezequiel me dijo: 'Yo quisiera que con este trabajo puedas cambiar el modo de vida'. Y en eso estoy", apunta. Gatti luego aclarará que además de querer trabajar con los internos de la cárcel, está la intención de sumar a artesanos rurales de Lulunta, "a los que le cuesta mucho llegar a vender sus productos y esto puede ser una posibilidad también para ellos, que saben trabajar muy bien. Queremos acercarles moldes para que ellos también confeccionen y armen".
¿Cómo se plantea una estrategia de comercialización?
Todavía las zapatillas no están a la venta porque tenemos pocos pares terminados. Queremos que no fracase todo esto y, por lo tanto, estamos en pleno diseño de un buen sistema de produccción, es decir, que las zapatillas sean igual o mejores que las que hoy están en el mercado; tenemos que definir nuestra producción a escala. La comercialización será muy fuerte a través de las redes sociales (N. de R: en Facebook ya existe la página Xinca/ Zapatillas Sustentables).
Ricardo Aballay: Está la idea de que a través de las redes socialkes ofrezcamos un par de zapatillas a cambio de un jean o alguna ropa que la gente ya no use y prefiera tirar.
Gatti: Exacto, se trata de consumo colaborativo y de trueques, eso funciona muy bien y la gente no tiene porqué estar consumiendo todo el tiempo materiales vírgenes cuando hay tanto para reciclar y de buenísima calidad.
¿La idea es trabajar a partir de subsidios o pedir créditos?
Aballay: En realidad no hemos querido pedir subsidios porque aún no queremos casarnos con nadie o responder a muchas condiciones, sino ir armando la fábrica de a poco y bien.
Gatti: Vamos de a poco. Ahora se viene una inversión de máquinas de coser y nos vamos a mudar a un taller más grande para que se sume más gente a trabajar. Es un trabajo artesanal, queremos hacer todo tipo de números para todas las edades y con un valor diferencial, no sólo en el diseño, sino en la inclusión, en el cuidado del medio ambiente. Es un gran desafío y estamos trabajando fuerte para que el proyecto siga creciendo.
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