"Me da mucha emoción todo este reconocimiento y no sé cómo voy a hacer para ver si entra completo en mi corazón. Tuve mucha manifestación de simpatía, cariño, amistad, hubo personas que encontré de otros tiempos, estoy muy emocionado". Las palabras pertenecen a Julio Le Parc, el artista que enorgullece a Mendoza con su obra reconocida a nivel nacional e internacional.

Pasadas las 18 de ayer, el corte de cinta oficializaba la inauguración del Espacio Cultural Julio Le Parc en las calles Mitre y Godoy Cruz de Guaymallén. La presidenta, Cristina Fernández, habló por videoconferencia y elogió tanto al artista que le dio nombre al espacio como a Quino, reconocido dibujante mendocino, padre de Mafalda, que lo acompañó todo el tiempo. Ambos agradecieron a Mendoza por el cariño y reconocimiento recibidos. Incluso, la Universidad Nacional de Cuyo declaró a Le Parc como visitante ilustre de la UNCuyo en mérito a su trayectoria nacional e internacional.

LA ESFERA ROJA. Impactante por donde se lo mire, el espacio cultural ofrece diferentes salas equipadas correctamente para espectáculos de música, danza y teatro. Sin embargo, el espectador quedará atónito apenas ingrese con la obra Esphere Rouge pensada por Julio Le Parc especialmente para el centro que lleva su nombre. Sobre la provincia que lo vio crecer y sobre la construcción que ideó exclusivamente para el flamante lugar de la cultura, dijo: "La Mendoza que yo me llevé cuando me fui de acá está siempre presente en mí. En cuanto a la obra, no me inspiré en nada en particular, es producto de búsquedas y de experiencias. Cada espectador puede percibirlo en sensaciones diferentes, eso es justamente lo que quiero transmitir".

La esfera es un móvil de 6 metros de diámetro compuesto por 2.913 placas cuadradas de acrílico rojo de 20 x 20 centímetros color rojo suspendidas en hilos metálicos que permiten el movimiento independiente de las partes generando una expansión de reflejos por todo el hall donde se encuentra ubicada.

LOS ARTISTAS PRESENTES. Cientos de mendocinos y artistas destacados como Betiana Blum, Norberto Filippo, Jorge Sosa, Los Chimeno y Lisandro Bertín, entre otros, dieron el presente en la inauguración del centro cultural. Blum aseguró que vino exclusivamente a la inauguración: "Me parece maravilloso que hayan construido una obra como esta, que puede contener todas las ramas del arte y que tenga el nombre de Le Parc, que representa a Mendoza y a Argentina en el mundo. Muchas cosas vibran acá, mucho entusiasmo", declaró la actriz.

Sobre el centro cultural, el artista plástico Norberto Filippo, otra de las figuras presentes expresó: "Es fantástico que los artistas tengamos un lugar para colgar un cuadro, para expresarnos y tener nuestra casa. Hoy tenemos una casa grandísima y estoy muy orgulloso de que lleve el nombre de Julio Le Parc, porque realmente es muy buen maestro, un hacedor, un luchador y un hombre que le ha puesto mucha pila a su vida, ha hecho mucho esfuerzo. Espero que sirva para los artistas jóvenes que están empezando, es un largo camino pero que no bajen los brazos, hay que tener fuerza constante".

Los invitados recorrieron las instalaciones y luego disfrutaron de un ágape mientras aguardaban el cierre del evento, que tuvo su broche de oro con una exhibición de video mapping. Esta técnica permite que se proyecten imágenes sobre superficies reales para conseguir efectos de movimiento o en tercera dimensión, de diversos tamaños y con la meta de brindar un mensaje en tiempo real. La historia narrada conmovió a los presentes, que quedaron impactados con las luces y colores que dieron vida a la estructura en forma de semilla.

Quino a CFK: “Mucha suerte en esta changuita de gobernar”

Sin dudas que entre los artistas que estuvieron ayer presentes en la inauguración del espacio cultural Julio Le Parc, el más destacado y al que también se elogió fue Joaquín Lavado, Quino, el padre de Mafalda, y un referente mendocino a nivel nacional e internacional. En diálogo con la presidenta Cristina Fernández, por videoconferencia, el artista calificó al espacio como el "Notre Dame de la cultura" e, incluso, se animó a bromear con la mandataria cuando le dijo: "Una pena que usted no esté acá". También aseguró que para él era increíble estar allí, ya que el lugar donde se encuentra ubicado el cen-tro era una playa de carga de camiones donde jugaba de pequeño.

La jefa del Estado habló brevemente con el dibujante quien, al despedirse le deseó: "Mucha suerte en esta changuita de gobernar que tiene". Al finalizar su discurso, Cristina Fernández recordó esas palabras y, dirigiéndose al autor de Mafalda, afirmó: "Maestro, usted no sabe lo que es esta changuita, ni se la imagina". "Acá estamos porque quisimos estar, nadie nos obligó, yo voy a estar siempre defendiendo los intereses de Argentina", finalizó la mandataria.

Dejó unas palabras

Aquí estamos, aquí quedaron y aquí me los llevo, ellos me acompañan siempre, aquellos años intensos de mi niñez, de donde uno viene, uno es.

Aquí, esta, mi Mendoza, configuró mi infancia, imprimió en mí la esencia de mi personalidad. Aquí está el cariño de mi madre, la condición obrera de mi padre, Juan Le Parc, hijo del francés Le Parc venido desde París a Mendoza.

Aquí aprendí la palabra fraternidad, que denominaba la Asociación Ferroviaria. Aquí, en esta Mendoza, sin rencor y con alegría, aprendí a estar de este lado del muro, del muro que separaba el barrio de mi niñez del del club de los ingleses propietarios de los ferrocarriles.

Aquí, sin que me diera cuenta, la cordillera me llenó de imágenes cambiantes al paso de las nubes y del sol. Aquí, una dulce maestra de Palmira aconsejó a mi madre que me orientase hacia el dibujo.

Aquí, aquí tantas cosas, las uvas, las acequias, Don Chico, el almacenero, mi hermana, mi hermano, las plazas floridas, los juguetes inventados, el chivito en el horno de adobe, el ángulo recto del mapa de Mendoza, lo mucho, lo poco, problemas familiares, las risas compartidas.

Aquí, en esta Mendoza, para mi niño centro del mundo, principio del mundo, el más allá ya estaba apoyado en la cordillera soñando el mar. Y en el más allá, Mendoza siempre estuvo, y hoy veo mi nombre mi nombre en la entrada de este magnífico centro cultural y ahí, en ese muro, que es una puerta abierta, comparto mi nombre con los nombres de todos aquellos con los que he compartido diferentes momentos de mi existencia y que me dieron y me dan energía de vida.

Y lo comparto también con todos aquellos que no conozco, pero presiento, que siempre tienen algo adentro que quiere aflorar, y que, seguramente, las actividades de este centro en un ida y vuelta ayudarán a su explosión. Auguro el mejor de los caminos a este flamante centro, que lloren las trompetas, que brillen las voces de los actores, que gasten los escenarios los bailarines, que se eleven tanto, que los violines los transporten, que los muros se manchen de pintura, que los mendocinos hagan suyo este centro, que el público sea actor de esta nueva era cultural. Muchas gracias, Mendoza.