El gobierno chileno propuso ayer un nuevo sistema de financiamiento de la educación universitaria que excluye a los bancos privados, acogiendo una de las mayores peticiones del movimiento estudiantil que el año pasado llevó adelante multitudinarias manifestaciones. El nuevo sistema termina con el llamado Crédito con aval del Estado (CAE), instaurado en 2007 y entregado por los bancos privados para facilitar el acceso de las clases medias a las universidades privadas.

El CAE cobra un interés de casi el 6%, que triplica al que cobran algunas universidades públicas a sus alumnos a través de créditos internos. En 2011, unos 220.000 estudiantes se acogieron al sistema, que en total tiene unos 350.000 deudores que de acuerdo a cálculos privados acumularán al final de sus estudios una deuda promedio de unos 100.000 dólares cada uno.

"En términos prácticos, significa que los fondos se originan desde el Estado y los bancos dejan de financiar la educación superior", dijo el ministro de Educación Haral Beyer. En reemplazo del CAE se propuso la creación de una agencia pública especializada, que velará por el "diseño, administración y provisión" de los nuevos créditos, que tendrán una tasa única del 2%, explicó Beyer.
 
De acuerdo al ministro, el sistema beneficiará al 90% de los estudiantes tanto de instituciones públicas como privadas, dejando fuera sólo al 10% más rico. También cambiará la forma de pago del crédito, que comenzará ahora a ser cancelado sólo una vez que el alumno comience a trabajar, abarcando sólo el 10% del salario del deudor como máximo, con un período total de pago de 15 años, tras lo cual se condonará la deuda