El Senado terminó ayer con el vacío legal para una problemática delictiva en aumento, acorde al desarrollo de las nuevas tecnologías: convirtió en ley el proyecto que tipifica como delito el ciberacoso sexual de adultos a menores de edad, más conocido como “grooming”.

Puntualmente, la norma incorpora al Código Penal el artículo 128 bis, que prevé una pena de prisión de seis meses a 4 años al adulto que “por intermedio de identidad falsa y la utilización de cualquier medio electrónico cometiera acciones destinadas a influenciar a un menor para que este realice actividades sexuales explícitas o con connotación sexual”. Al mismo tiempo, establece una pena más dura (de dos a seis años) para aquel que, “a través del material pornográfico obtenido, obligue al menor a hacer o no hacer algo en contra de su voluntad”.

El proyecto ya había sido aprobado en el Senado en diciembre del 2011, cuando obtuvo media sanción. Pero luego se estancó, tras fuertes cuestionamientos que recibió de distintas entidades y ONG que señalaban que, de aprobarse de esa forma, la ley podía cercenar derechos civiles y constitucionales.

Ya en Diputados, cuando parecía que la iniciativa perdía estado parlamentario, los legisladores Oscar Albrieu (FPV), Paula Bertol (PRO), Manuel Garrido (UCR) y Natalia Gambaro (denarvaísmo) consensuaron modificaciones para delimitar el tipo penal y adecuar las penas a los parámetros estipulados para el delito de abuso sexual: es decir, con una pena inferior a la propuesta por el Senado, e incluido dentro del artículo 72, como un delito de acción pública, pero dependiente de instancia privada. Así, el proyecto fue aprobado por unanimidad en septiembre en la Cámara baja y volvió en revisión al Senado. Pero los autores de la ley –los pampeanos María Higonet y Carlos Verna (PJ) y la salteña Sonia Escudero (Peronismo Federal)– pidieron insistir con el texto original. Aníbal Fernández, en representación del oficialismo, dio el visto bueno. Como en la votación hubo unanimidad (42 votos afirmativos) y se superó el requisito de los dos tercios de los presentes que exige la Constitución para estos casos. Y el proyecto se convirtió en ley.

El “grooming” es un flagelo cada vez más común. Según datos de la ONU, hay unos 750 mil pedófilos activos en la red. Y cifras de Unicef muestran que el 30% de los adolescentes dice haber sido víctima de acoso sexual en el chat y que sólo el 7% de ellos se lo cuenta a sus padres por temor a que le limiten el acceso a Internet. En Argentina, el 64% de los adolescentes de entre 13 y 17 años navegan sin la compañía de un adulto, y el 27% de ellos dice usar las redes sociales para conocer nuevos amigos, situación que los expone al contacto con extraños.