SAN RAFAEL– Las presas son fundamentales para mantener irrigados los cultivos del oasis Sur, contar todo el año con agua para consumo humano e industrial, desarrollar actividades turísticas y deportivas, y generar energía eléctrica. Pero estas también implican ciertos riesgos que es necesario conocer para estar preparados ante una contingencia.

Con ese objetivo el Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP) organizó ayer en el centro de congresos y exposiciones local una reunión pública en la que participaron representantes de distintos organismos públicos, entidades intermedias y público en general, donde se informó sobre el funcionamiento de los diques, sus medidas de seguridad y los planes para actuar ante una emergencia.

“Hemos elegido San Rafael por ser la zona que posee más presas y este encuentro tiene por objetivo intercambiar las tareas que realiza nuestro organismo de fiscalización de las presas y articularlo con los distintos sectores de las intendencias y los directores de Defensa Civil provincial y municipales”, señaló Oscar Bravo, presidente del ORSEP.

El funcionario nacional dijo que “en las presas se trabaja día y noche y para obtener un grado de seguridad mayor. Y en caso de que haya un incidente, que las defensas civiles sepan cómo actuar”.

Para ello existen los denominados planes de acciones durante las emergencias (PADE), que giran en torno a dos hipótesis: una gran crecida inesperada de los ríos y rotura de presas, ya sea originada por un artefacto explosivo, una falla de la estructura o de compuertas, o un terremoto devastador.

Un PADE esta integrado básicamente por un manual que contiene la información necesaria y señala los procedimientos para actuar en una emergencia. Asimismo, incluye los mapas de inundación, que muestran gráficamente los escenarios que se pueden prever de acuerdo con las situaciones más críticas para anticipar cómo afectaría cada zona del departamento aledañas a los ríos Atuel y Diamante.

Estos planes y mapas fueron elaborados por la operadora de las centrales hidroeléctricas, que en el caso de San Rafael es la empresa Hinisa-Hidisa, como parte de las obligaciones contempladas en los contratos de concesión, con la supervisión del ORSEP.

Los PADE se actualizan cada año para coordinar acciones con distintos organismos del Estado, como la ORSEP, Bomberos, Policía, Defensa Civil, Irrigación, entre otros.

“El concesionario actualiza el sistema de comunicaciones porque mucha gente va cambiando de cargo y lugar, al igual que los números telefónicos”, explicó la directora regional de Cuyo-Centro del ORSEP, Noemí Regenahs de Marín, que tiene a su cargo la supervisión de la seguridad de las presas Agua del Toro, Los Reyunos y El Tigre en la cuenca del río Diamante, y Nihuil, Aisol, Tierras Blancas y Valle Grande sobre el río Atuel, además de Punta Negra en San Juan. Se trata de represas que antes de la privatización pertenecieron a Agua y Energía de la Nación.

Esto se complementa con simulacros, que “generalmente hacemos los días feriados y domingos a cualquier hora para ver quién realmente atiende el teléfono y también para medir el nivel de respuesta. Todo queda documentado sobre quién respondió, la celeridad para atender y quién no lo hizo. El mecanismo de comunicación es importantísimo para que la información llegue en tiempo y forma”, destacó la funcionaria.

Dentro de una emergencia, la tarea del ORSEP consiste en recibir la información del concesionario, declarar el tipo de emergencia de acuerdo con una escala de colores (blanca, amarilla y roja) y llamar al resto de las autoridades que están dentro del programa de comunicación e informarles, ya sea por teléfono celular, fijo o por radio. Luego cada ente involucrado (por ejemplo Defensa Civil, Bomberos, Policía) debe aplicar un plan interno de emergencias.