El frío es sin lugar a dudas un problema para miles de mendocinos, que día a día buscan la manera de calefaccionar sus hogares. Sin embargo, conseguir la garrafa social parece haberse convertido en una verdadera odisea. Al hecho de que la cantidad que se ponen a disposición de los usuarios es mínima, se suma que algunos puntos de venta amenazan con dejar de comercializarla. Por ello, el Gobierno pretende facilitarle el acceso al gas natural a unas 25 mil familias.

"A esta altura no podemos tener gente esperando desde las 6 de la mañana para conseguir gas envasado", señaló el senador provincial por el Frente Para la Victoria José Ignacio Ortigala. Hace exactamente un año se aprobó sobre tablas en la Legislatura de Mendoza el programa "Gas Natural Ya", que en el mes de noviembre del 2012 se convirtió en ley. "Ahora se está trabajando en la reglamentación, que es la letra fina de como va a ser el trámite que tienen que hacer los particulares que necesiten el servicio", aclaró. Al tiempo, anticipó que estima que este mes ya estará reglamentada.

El proyecto de Ortigala consiste específicamente en asistir económicamente a los propietarios de viviendas para realizar conexiones e instalaciones de gas natural. El único condicionante es que el servicio ya tiene que estar disponible en la puerta de la vivienda. "Esto beneficiará a 25.000 familias que no tienen los 7.000 pesos para pagar la conexión a la red", sostuvo.

A priori, el mecanismo sería el siguiente: El propietario presenta el título de propiedad junto a su bono de sueldo, y a cambio recibirá una tarjeta. Con la misma, el interesado se deberá dirigir a Ecogas para seleccionar a uno de los gasistas matriculados disponibles.

"El especialista será el encargado de realizar la obra de conexión, que lleva alrededor de tres días, y concluirá cuando deje conectada la cocina, el calefón y las estufas, que son los tres artefactos que dice el IPV que se deben tener en una vivienda", manifestó Ortigala. Una vez terminada la obra, los técnicos de Ecogas deberán trasladarse hasta el lugar, para certificar que todo esté en orden.

Una vez que quede certificado que todas las medidas de seguridad han sido respetadas, será el Estado el encargado de abonarle al gasista, que deberá presentar la tarjeta antes mencionada. "Los propietarios no desembolsan el dinero", aclaró Ortigala. "Lo van a pagar por mes, con las boletas del gas", explicó. El monto y la cantidad de las cuotas dependerán de la situación socioeconómica de la persona.

"Esto tiene que ver con la inclusión", sostuvo el legislador. "Son 25 mil familias que no tienen gas sólo porque no cuentan con el dinero que cuesta la instalación. Entonces, entramos en que todas las madrugadas hay gente que tiene que ir hacer cola a merced del frío por una garrafa", lamentó.

De todas maneras, Ortigala se mostró optimista con la pronta reglamentación de la ley y aseguró que está esperando que el gobernador Francisco Pérez regrese de su viaje por Nueva York, donde se encuentra promocionando la provincia.

"A esta altura no podemos tener gente haciendo cola con el frio que hace, cuando el gas les pasa por la puerta. Es el Estado el que tiene que ayudarlos a conectarse", concluyó. "Esto no es que sea un regalo ni un subsidio. Se adelanta el dinero y se paga en cuotas hasta que se cubra el monto", recalcó.

"A fines de julio ya tenemos que poner esto en marcha", adelantó el legislador, que confesó que está en contacto permanente con el ministro de Infraestructura, Rolando Baldasso.

Como todos los años, continúan los conflictos para conseguir la garrafa social

Son pocas y muy difíciles de conseguir. Por si esto fuera poco, en algunos puntos de venta aseguran que no es rentable y analizan dejar de ofrecerla.

"Estamos pensando en dejar de vender la garrafa social", confesó sin dudarlo el propietario de una estación de servicio de Guaymallén. "No es rentable, y últimamente trae más problemas que otra cosa", aseguró.

La estación de servicio Shell es uno de los puntos de venta de esta famosa garrafa, que cuesta sólo 16 pesos. Sin embargo, el encargado de la bomba de nafta confesó que siempre llegan más personas que garrafas, por lo que se producen situaciones dificiles.

"Llega gente en carretelas y personas en autos de último modelo. Es así", remarcó Carlos, propietario en sociedad de la estación ubicada en las calle Tirasso y el carril Godoy Cruz.

De lunes a viernes, Carlos recibe solamente 20 garrafas, que rápidamente son adquiridas por los primeros 20 clientes. "Yo estoy desde las 6 menos 10 esperando", señaló una mujer a Canal 9 durante la mañana del día martes.

"En casa tengo una sola garrafa y tengo que salir a recorrer todos los lugares porque no hay. Ya son las 9 y el garrafero no aparece, ahora nos han dicho que se demorara un rato más", se quejó.

Mientras tanto, otra de las personas que esperaba por la llegada del gas envasado aseguró que viajó desde la localidad de La Pega, debido a que la garrafa social "no se consigue en ningún lado y cuando hay está a 35, 36 pesos".

"La gente tiene razón", aseguró Carlos acerca de las quejas de los consumidores, pero aclaró que el no tiene espacio para ofrecer más garrafas. "Para nosotros nació como una función social, pero se ha complicado", sostuvo.

Por este motivo, repitió que está considerando seriamente en dejar de vender en el lugar la famosa garrafa social, debido a que no sólo no le da réditos económicos, sino que tiene que dedicar el tiempo de sus empleados a ellos. A esto, sumó el hecho de que muchas personas se vuelven disconformes porque el gas envasado no era suficiente.