“Que se rompa pero que no se doble”, dice la vieja frase acuñada por el caudillo radical Leandro Alem y que los integrantes del legendario partido están cumpliendo a rajatabla actualmente en la provincia: no se tuercen, directamente se quiebran. Así sucedió en el Senado, en donde desde ayer funcionan dos bloques radicales: el Arturo Illia, compuesto por los senadores pro reforma de la Constitución, y el de la UCR propiamente dicha, que está en contra del proyecto. Por lo bajo, los radicales temen que esto mismo ocurra en Diputados, aunque en voz alta aseguren que ahí las aguas están tranquilas.

Por ahora lo están, y voces del partido aseguran que la reforma de la Constitución se traba en esta instancia, aunque la aprueben en el Senado, después de que uno de los 13 que firmaron en contra del proyecto de Francisco Pérez –Guillermo Simón– se arrepintió de su participación en el acuerdo.

El mayor temor es que, tal como ocurrió con Simón, un hombre de General Alvear alineado políticamente con Ernesto Sanz, los diputados que se encuentran en la misma línea puedan dividirse. También persisten los rumores acerca del apoyo a la reforma de parte de la diputada Liliana Vietti (de las huestes del iglesista Raúl Vicchi) y de Teresa Maza, que confronta en Junín con el sector de Mario Abed y se encuadraría con la postura de Roberto Iglesias.

Diario UNO indagó en la composición del bloque radical en la Cámara Baja en tiempos en los que se deben numerar las voluntades cada vez que se vota, ya que pueden aparecer cambios repentinos de posturas.

Quién es quién en Diputados

“Es imposible que lo que sucedió en el Senado ocurra en Diputados”, dijo más que convencido el titular de la bancada radical en la Cámara Alta, Armando Camerucci. Sin embargo, conviene saber para quién juegan y qué camiseta llevan puesta los diputados radicales.

En primer lugar hay que aclarar que en la Cámara Baja hacen falta sólo 16 legisladores en contra de la reforma para que el proyecto se trabe. Entonces, si todos los radicales y demócratas votaran juntos y en sintonía, los votos sobrarían: suman 25 entre ambas bancadas.

Pero sucede que la UCR ya tiene casi confirmadas dos voluntades a favor de debatir sobre la reforma: Vietti y Maza. Es decir que les quedan 18 radicales para trabar el proyecto. Esto, si a ninguno lo alcanza el “efecto Simón” y cambia su postura.

Por otra parte, hay cinco que responden a Ernesto Sanz: el vicepresidente de la cámara, Omar De Miguel; Víctor Scattareggia, Fernando Barrigón, Néstor Guizzardi, Héctor Quevedo y Marta Yazenco.

Los Territoriales, hombres y mujeres que responden a los intendentes y se abroquelan con Julio Cobos y Juan Carlos Jaliff, son cuatro: Luis Petri, Humberto Montenegro, Diego Guzmán y María Rosa Lemos.

Por último, lo más duros frente a las propuestas del oficialismo son los que están en las filas del intendente de Godoy Cruz y presidente de la UCR, Alfredo Cornejo.

Se trata de Tadeo García Zalazar, Roberto Infante, Néstor Parés, Daniel Di Martino, Lorena Meschini, Edgardo Pintos, Daniel Llaver y, eventualmente, Alejandro Limas.

En el armado provincial, y hasta que ocurrió el giro político de Guillermo Simón, situación que echó un manto de sospechas sobre algunos acuerdos intrapartidarios, se había conformado una especie de alianza entre la gente de Cornejo, los Territoriales, los partidarios de Ernesto Sanz y la Línea Federal (en Diputados no tiene representantes). Todos contra la reforma. Mientras, Roberto Iglesias y Víctor Fayad jugaban su propio juego a favor de los proyectos reformistas de Pérez. Hoy, la mira está puesta en los seis diputados que responden a Sanz. Aunque dentro del partido aseguran que esto sería prácticamente imposible. Pero, después de lo sucedido en el Senado, nadie se anima a poner las manos en el fuego por esta afirmación.

Hasta el momento, con 18 de los 20 radicales en contra, además de los cinco demócratas y la diputada Patricia Gutiérrez, de Unidad Popular, la oposición suma 24 votos para frenar la reforma y sólo necesita 16. Incluso si los seis diputados radicales de Sanz se dieran vuelta, le sobrarían dos votos. Tendrían que conseguir dos voluntades más a favor de la reforma para frenarla, situación muy poco probable.

Mientras, el PJ reúne 22 voluntades: 17 del Frente para la Victoria, una del PJ Federal (Daniel Cassia), tres del Eje Peronista y Néstor Piedrafita, del unibloque kirchnerista Nuevo Encuentro.