En nuestra provincia se registró un brote de tos convulsa y en lo que va del año ya se informaron 150 casos de los cuales 71 fueron confirmados por pruebas de laboratorio. Esta cifra es notablemente superior a la del año pasado, cuando sólo se notificaron 5 casos.

La mayoría de quienes padecen esta enfermedad son niños menores, de 6 meses a 1 año, que aún no están inmunizados y que en algunos casos tienen riesgo de vida.

Por esta razón es que desde el Ministerio de Salud de la provincia junto con el Vacunatorio Central insisten en la difusión de la importancia de la vacuna para prevenir esta patología, sobre todo en las mujeres embarazadas en la semana 20 de gestación y en los menores a partir de los dos meses de vida y sucesivas dosis como lo indica el calendario oficial de vacunación.

“Mendoza no escapa a la realidad del brote de la coqueluche que existe a nivel mundial y nacional, que en la curva epidemiológica está en zona roja y que ahora resurgió en nuestra región con modalidad de brote”, explicó la titular de Epidemiología de la provincia, Adriana Koch.

Frente a este panorama es fundamental reforzar la relevancia de que reciban la vacuna mujeres embarazadas para que los niños desarrollen los anticuerpos a través de la placenta mientras están en la panza de su madre, porque los contagios de esta enfermedad respiratoria producida por la bacteria Bordetella pertussis se producen cuando un adulto o un hermano mayor contrae la infección y la transmiten al pequeño que no tiene defensas.

Esto se explica, en parte, porque no todas las personas completan el esquema de vacunación como corresponde, dando lugar a la circulación de la bacteria. También se ha desarrollado porque luego de 10 años la inmunización decae y es necesario volver a vacunarse.

“La tos convulsa o coqueluche es una enfermedad respiratoria de muy fácil transmisión. Es importante señalar que ni la infección natural ni la vacuna generan defensas de por vida y por este motivo es que son necesarios varios refuerzos en el esquema de vacunación”, explica Carla Vizzotti, jefa del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (Pronacei), de la cartera sanitaria nacional.

A su vez advirtió de que “si bien en los adultos y adolescentes el coqueluche generalmente no produce problemas graves, estos grupos son la fuente de contagio de los niños menores de un año, quienes tienen una alta probabilidad de desarrollar complicaciones severas e inclusive la muerte”.

Más bronquiolitis en el Sur

Con respecto al incremento estacional de las enfermedades respiratorias, la funcionaria dijo que a nivel provincial aún no se ha registrado el pico, aunque el panorama es de alerta en la zona Sur, más precisamente en San Rafael, donde aumentaron significativamente los casos en pediatría y hay un brote de bronquiolitis y neumonía, cifra que duplicó la cantidad respecto a la misma época del año pasado, comentó Koch.

Sin embargo, agregó que si bien aún no está cerrado el informe de las últimas semanas de junio de los datos a nivel provincial, ya empezó a ascender la curva de vigilancia epidemiológica y se espera que el pico estacional con mayor cantidad de casos de enfermedades respiratorias se produzca a mediados de julio.

Vacunar es prevenir

Por su parte, el director del Vacunatorio Central, Rubén Cerchiai, explicó que la mayor incidencia de enfermedades respiratorias en menores de dos años es la bronquiolitis, que aunque no existen vacunas para esta patología “es fundamental que esta franja etaria de los niños reciban todas las dosis obligatorias del calendario oficial, como la del neumococo, ya que esto atenúa las posibles complicaciones en los pequeños”.

Otra de las vacunas que pueden prevenir o disminuir los factores de riesgo cuando se produce el pico de enfermedades respiratorias son la de la tos convulsa, que se aplica en niños y embarazadas a partir de la semana 20 de gestación. También la vacuna antigripal trivalente y las de la neumonía son fundamentales para evitar consecuencias.