La XV Cumbre Social del Mercosur albergó dos realidades que se fueron mezclando en la primera jornada en el estadio Vicente Polimeni (Las Heras).

Al principio, las organizaciones sociales de Uruguay, Brasil, Ecuador, Chile, Venezuela y, en menor medida, las de Paraguay, junto con las que llegaron desde otras provincias, ganaron protagonismo al lado de las agrupaciones indígenas que reivindican los derechos de los pueblos originarios.

Claro que hacia el cierre, el capítulo político encabezado por el gobernador Francisco Pérez y por el canciller Héctor Timerman hizo que la mayoría de las 1.500 almas que poblaron el predio lasherino fueran simpatizantes peronistas (ver página 4).

El eje del encuentro fue el lema “Construyendo nuestra integración” y bajo esa consigna se fueron armando todas las expresiones populares que se escucharon en la Cumbre Social, que se da a la par del cónclave que reúne a los mandatarios de los países miembro del Mercosur que empieza hoy.

En esa línea, la dirigente venezolana conocida como Manuela Miranda Libertad indicó a Diario UNO que “la cumbre es un espacio fundamental para la lucha de los pueblos por tomar un papel protagónico histórico y para conjugar acciones concretas, como misiones educativas o la transformación de leyes”.

Según la joven que reside en Buenos Aires desde abril, en donde cursa un doctorado en Ciencias Sociales, “el mensaje mayor tiene que ser para la juventud, que son los que hacen la matria, mucho más que la patria”.

Miranda Libertad se reunió en Mendoza con el resto de la delegación venezolana, que llegó en las últimas horas a suelo local para participar en la Cumbre Social del Mercosur.

La joven forma parte del comando de campaña Carabobo, que trabaja para la reelección de Hugo Chávez para los comicios de octubre.

Miranda Libertad es trabajadora social y ha colaborado en labores sociales en Cuba y otros lugares de América Latina, a la par que tiene una militancia activa en contra de las políticas neoliberales promovidas por Estados Unidos.

“Desde 2005 venimos luchando contra el ALCA y trabajamos en los espacios populares para fortalecer la autoestima de nuestros pueblos”, contó la joven, quien también colabora en el dictado de clases de alfabetización en barrios vulnerables de Buenos Aires.

Pero la militancia social de la delegación venezolana encontró eco en las consignas reivindicatorias de las comunidades huarpes mendocinas.

Pueblos originarios

Los grupos representativos de pueblos originarios locales consideraron que “la cumbre es un espacio ideal para llevar un mensaje a toda la sociedad y es que los pueblos estamos de pie, como lo estamos desde la llegada de los colonizadores”, tal como analizó Claudia Herrera, una de las referentes de la Comunidad Huarpe Guaytamari.

La mujer rescató el encuentro social que se da en paralelo al cónclave de presidentes como lugar propicio para unir la lucha de los indígenas de todo el continente.

Mientras que la joven Érica Nieva (25), de la Comunidad Laguna del Rosario de Lavalle, consideró que la cumbre “es una expresión de todos los países de la decisión y el deseo de estar unidos”.

La pertenencia al suelo latinoamericano también se convirtió en protagonista central de la primera jornada del encuentro social. En sintonía con ese eje, Silvia Sánchez, de la Comunidad Huarpe Eyecuruc, indicó a este diario que “esto muestra una visión de cambio del hombre y la mujer con una visión originaria, con una madurez espiritual, para que se sepa dónde están nuestras raíces”.