Refaccionar la casa, renovar un electrodoméstico o simplemente hacer el pedido en el supermercado son las tres compras más frecuentes de los usuarios de la tarjeta Argenta, el programa de la ANSES que otorga préstamos a jubilados y pensionados. Desde su lanzamiento en julio pasado, 14.880 mendocinos ya tienen el plástico y se han entregado más de $97 millones en créditos.

La iniciativa, financiada con recursos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del organismo, es el corolario de una medida tomada por el Gobierno nacional en noviembre del 2011, cuando mediante un decreto de necesidad y urgencia se obligó a las entidades financieras, mutuales y cooperativas a no cargar un costo financiero total superior en cinco puntos al de los préstamos que el Banco Nación destina al sector pasivo.

“En aquella oportunidad, la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) recordó que había entidades que llegaban a cobrar el 159% de interés. Era un reclamo que siempre teníamos de nuestros mayores”, subrayó Héctor Rasso, gerente de Prestaciones de la ANSES.

Argenta tiene tasas de interés que oscilan entre el 23% y el 30%, dependiendo del plazo acordado para la devolución del dinero (12, 24 o 40 cuotas).

El monto mínimo a otorgar es de $1.000 y el máximo de $10.000, y la cuota mensual a pagar no puede superar el 30% del haber jubilatorio (ver aparte).

Como se trata de una tarjeta de compra, el plástico no genera resúmenes ni gastos de envío y, en la práctica, el beneficiario debe concurrir a las oficinas de la ANSES para cargar el crédito que necesita.

Rasso explicó que, tanto en Mendoza como en el resto del país, el uso que le dan los jubilados es similar. “Los tres rubros más solicitados son refaccionar la casa, a lo mejor poniéndole rejas o arreglando el baño, y para ello aprovechan los descuentos en corralones, pinturerías o ferreterías; la compra de electrodomésticos de la línea blanca, para renovar el lavarropas o la heladera, y, por último, la compra en supermercados. Pero también hay consumos en ropa y juguetes, para ellos y para los nietos. Como cada vez son más los comercios que se adhieren, cada vez son más las posibilidades”, dijo Rasso.

Según el funcionario, para ellos, el único “costo” de recibir el plástico es el descuento que deben hacerle al jubilado (entre el 10% y el 20%) y además reciben el dinero entre 48 y 72 horas después de efectuada la operación, con lo cual “es casi como una venta al contado”.

La nómina de negocios que reciben la tarjeta y los descuentos que realizan pueden consultarse en la web del organismo (www.anses.gob.ar) y sólo en la ciudad capital de Mendoza figuran más de 60 de ellos.

Para poder comprar, el jubilado debe chequear cuánto cuesta el producto que desea adquirir, concurrir a la oficina de la ANSES para que le carguen ese monto y volver al comercio para efectuar la compra. Rasso aconsejó no cargar dinero “por las dudas”, ya que se trata de un crédito y, como tal, genera intereses.

Para viajar en avión

Los créditos que se otorgan a través de Argenta también pueden ser utilizados para comprar pasajes en Aerolíneas Argentinas. Durante el 2012, más de 1.800 jubilados y pensionados concretaron viajes dentro del territorio nacional.

Según se explica en la página web de la ANSES, el beneficiario debe concurrir a ciertas oficinas de la compañía aérea publicadas en ese sitio, con su DNI y el último recibo de cobro de haberes. “Automáticamente, la ANSES aprueba la compra y el jubilado o pensionado retira su pasaje en el momento. Los vuelos únicamente se efectuarán dentro del territorio nacional. Los beneficiarios del Sistema Integral Previsional Argentino (SIPA) podrán adquirir pasajes para su utilización personal y/o cónyuge y/o conviviente y/o de sus familiares directos hasta el segundo grado de consanguinidad ascendente (padres-abuelos) y descendente (hijos-nietos)”.