Los Andes - Martes 1 de octubre de 2013
Desde quienes buscan alfabetizarse hasta quienes van a la universidad, ven en la educación un puente hacia un futuro mejor al cumplir su condena.
"Quiero aprender a leer y escribir porque quiero salir de acá con un estudio, para tener un trabajo, más posibilidades y poder seguir luchando". Esas son las perspectivas para Aldo, de 21 años quien está cumpliendo una condena en el penal San Felipe.
Cuenta que sólo llegó hasta tercer grado porque su mamá tuvo problemas y debió salir a trabajar, por eso ya casi no se acordaba de nada. Dentro del complejo encontró la oportunidad de alfabetizarse la cual le da "alegría, ganas, fuerza y fe", según resume.
El sentimiento es el mismo para César (25) que sólo había hecho un pequeño tramo de primer grado. "Ya hice una banda numérica pero las letras me cuestan. Mi compañero de rancho que va la universidad en Boulogne Sur Mer me está ayudando".
Es que efectivamente este es el espíritu de la Alfabetización en contextos de Encierro: la restitución de derechos, la solidaridad, la integración, poder apropiarse del mundo desde otro lugar. Es lo que se destacó en los discursos que pudieron escucharse en un acto que se realizó en este complejo con motivo de celebrarse la Semana de la Alfabetización.
Es sin dudas esa perspectiva lo que ha logrado mayor adhesión entre los internos. Si a comienzos de 2008 participaba el 10% del total, actualmente lo hace el 30%, es decir más de 800 personas.
Jorge Galleguillo, director de Jóvenes y Adultos de la Dirección General de Escuelas explicó que esto tiene que ver con el fortalecimiento de la red que el año pasado logró que haya aulas para este fin en todos los establecimientos penitenciarios de la provincia. Son 20 instituciones con alrededor de 20 docentes en cada una.
Además, Mendoza se destaca por sus avances en educación de adultos en general. Así, se ofrece a través de los planes Encuentro y Fines la posibilidad de realizar la escuela primaria a quienes no hayan adquirido la lecto-escritura o de concluir este primer ciclo, el secundario y acceder al nivel superior, que cursan 80 internos.
A través de un sistema solidario, quienes ya avanzaron en sus estudios apuntalan y enseñan a sus compañeros.
Cristian, es alumno de un CENS y espera terminar el secundario el próximo ciclo pero además es alfabetizador. "El año que viene podré decir que enseñé a leer y escribir a una persona y esa será una experiencia importante para mí y para mi vida", sostiene.
Gabriela también dice sentirse orgullosa de poder enseñar a quien convive con ella, una mujer de 52 años que no se animaba a ir al colegio porque no ve bien. "Esto me da fuerzas para seguir e ir el próximo año a la facultad".
Ser útil a otras personas es lo que movilizó a Laura a participar y ahora asegura sentirse orgullosa de poder progresar junto a sus compañeras.
Al evento también fue invitado Martín Schiro, coordinador nacional de los programas en contextos de encierro. Subrayó la importancia de estos logros luego de que "como país tuvimos en los 90 el problema de expulsar niños de los colegios y no poder retenerlos".
Se trata de construir vínculos, dar soporte, herramientas, de iluminar. Así lo destacó Ana Montenegro quien es psicóloga y trabaja en tutorías alfabetizando en el penal.
Para ella, este es un espacio que permite el encuentro en la alegría de aprender, "apropiarse de las palabras es el puente para mirar el horizonte a través de las rejas. Permite que se siga adelante con los sueños en este contexto donde son difíciles de mantener".
Este año hay 40% más centros alfabetizadores
Plan Nacional de Alfabetización Encuentro creó este año nuevos centros lo que implica un aumento de 40% respecto del año anterior, lo que suma 260 en total.
Se trata de apuntalar la tendencia a la baja que muestran los índices de analfabetismo. Entre 2001 y 2010, a nivel nacional se pasó de 2.6 a 1.9% de la población que no tiene herramientas para la lecto-escritura, mientras que en Mendoza el descenso fue de 3.2 a 2.2%, lo cual implica que hay 31.530 mendocinos en esta condición que los deja prácticamente excluidos.
El departamento con más cantidad de analfabetos es San Rafael seguido por Guaymallén y Maipú. En este sentido hay que tener en cuenta que los dos segundos tienen alta densidad poblacional, lo cual no ocurre con el primero.
En el otro extremo, La Paz con muy poca población es el que tiene también menos analfabetos, secundado por Santa Rosa.
Por otra parte, Rivadavia se ubica en lo alto del podio con la cantidad de centros de capacitación: 59, muy lejos de quienes marchan segundo y tercero, Las Heras y Maipú con 32 y 30 respectivamente.
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