Los senadores del justicialismo apurarán este miércoles un proyecto que genera las condiciones propicias para que Francisco Pérez pueda sacar del pantano en el que se encuentra la reforma de la Constitución provincial.

El bloque oficial intentará que tenga despacho favorable en la comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales (LAC) la iniciativa del diputado del peronismo sciolista Gustavo Valls, quien propone que el gobernador convoque a elección de convencionales constituyentes en los comicios de este año.

De obtener el despacho de LAC, el proyecto podría votarse en el recinto en una o dos semanas. Este gesto es el que espera el mandatario para avanzar con la reforma por decreto, gambeteando el freno que han impuesto radicales y demócratas en la Cámara Alta al proyecto que envió el año pasado.

Valls considera que no es necesario que la Legislatura apruebe la necesidad de la reforma dado que el proceso se encuentra abierto desde 2001. Ese año se votó en la Legislatura a favor de hacerle cambios parciales a la Carta Magna y después la mayoría de los votantes dieron el sí a la propuesta en plebiscito.

Sin embargo, el proceso quedó congelado desde entonces, debido a la vieja discusión en torno a los votos mínimos para continuar con la reforma: un fallo de la Corte que data desde 1987 sostiene que no alcanza con que gane el sí en las urnas, sino que es necesario obtener la mitad más uno del padrón general para poder convocar a la elección de convencionales.

De todos modos, tanto el legislador del peronismo disidente como el oficialismo en pleno están dispuestos a defender un criterio diferente al que aquella vez adoptó la Corte. "Vamos a acompañar el proyecto de Valls porque la Constitución no habla de los votos de los empadronados, sino de las personas que efectivamente fueron a votar. No pueden incidir en la reforma aquellas personas que no han cumplido con su deber institucional", explicó Leonardo Giacomelli, presidente de LAC.

Plan. El proyecto de Valls no obligaría a Pérez a convocar a la elección de convencionales constituyentes este año, pero sí le daría el aval institucional que necesita para dar ese paso.

La idea de echar mano del plebiscito de 2001 ronda en la cabeza del gobernador desde 2012 y cada vez se consolida más como la fórmula para evitar el cepo que montó la oposición para obstaculizar el proyecto en la Legislatura.

El fin de semana, durante los actos vendimiales, el propio gobernador reconoció que la decisión política de hacer esta maniobra está casi tomada al afirmar: "Vamos para adelante con la reforma. Hay que analizar el caso Valls".

En el oficialismo reconocen que, con el respaldo de la Cámara Alta, Pérez quedaría en condiciones de incluir la convocatoria a elección de convencionales (los encargados de practicar los cambios en la letra de la Constitución) en el mismo decreto en el que fijará la fecha de las próximas elecciones.

Radicales en contra. En tanto, el senador Juan Carlos Jaliff confirmó que la UCR se opondrá a esta maniobra.

Sin embargo, la ingeniería del PJ para avanzar con la reforma incluye a legisladores del radicalismo disidente como Guillermo Simón, quien forma parte de LAC y no está disciplinado al mandato de la cúpula partidaria.

Los peronistas utilizarán incluso un planteo de Julio Cobos para tratar de imponer su criterio. Es que el ex gobernador propuso hace unos meses que Pérez promulgara una enmienda constitucional de 2009 que tampoco obtuvo en la consulta popular el mínimo de votos que pide el fallo de la Corte de 1987. Aquella enmienda dejó a mitad de camino la reforma de un artículo para limitar la reelección de los intendentes.

Según el PJ y el legislador Valls, los casos de 2001 y 2009 son análogos, mientras que los radicales orgánicos dicen que no es legítimo utilizar a favor de la reforma de Pérez una votación que se produjo hace 12 años.