El Sol - Viernes 23 de mayo de 2014
La inmunización se sumó al calendario oficial y en total son tres dosis. A la primera, asiste 90% de las chicas; a la segunda, el 70, y a la tercera únicamente el 60 por ciento. Previene el cáncer de cuello de útero.
En octubre de 2010 se inició la vacunación gratuita contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) para niñas de 11 años. En total, son tres dosis que se colocan en las escuelas, centros de salud, vacunatorios y hospitales. Pero si bien 90 por ciento adhiere a la primera dosis, únicamente 60 por ciento acude a la tercera colocación. Por este motivo, la idea es concientizar en la importancia que tiene la prevención de algunos tipos de este virus que son responsables del cáncer de cuello de útero.
“Como se trata de un virus de transmisión sexual, se apunta a vacunar a las niñas de 11 años con la idea de sumarlas antes de que se inicien en la actividad sexual. De esta manera, el objetivo es la prevención y los resultados se verán en unos 15 ó 20 años ya que, en caso de desarrollar está enfermedad, será después de los 30 años”, explicó Rubén Cerchiai, director de Epidemiología de Mendoza.
Existen más de 100 tipos de VPH, algunos de estos son de alto riesgo -como el 16 y 18-, que pueden causar lesiones que deriven en un cáncer de cuello de útero, y otros son de bajo riesgo. En la Argentina se diagnostican aproximadamente unos 5 mil casos de esta enfermedad por año. Por este motivo, es muy importante la educación sobre este virus para poder prevenirlo, teniendo en cuenta que afecta a muchas mujeres que, en ocasiones, desconocen que lo tienen.
“En Mendoza, deberían vacunarse aproximadamente 11 mil niñas por año contra este virus. En total, son tres dosis para tener la inmunización completa. La primera siempre tiene mayor adherencia con coberturas de 90 por ciento, mientras que la segunda se le coloca a alrededor del 70 por ciento y a la tercera llega cerca del 60 por ciento”, explicó Iris Aguilar, titular del Vacunatorio Central de la provincia. La profesional hizo hincapié en que las dosis colocadas no se pierden, independientemente del tiempo que transcurrió entre la colocación de una dosis y la otra.
“Supuestamente, una nena nacida en el año 2000, que ahora tiene 14 años, debería tener colocadas las tres dosis de vacuna contra el VPH. La mayoría está vacunada contra el virus, pero algunas todavía no han completado el esquema. Por esto es importante que sepan que las dosis no han perdido su efectividad, por lo que pueden acercarse al centro de salud o vacunatorio y nosotros vamos a continuar el esquema”, sumó Aguilar y recalcó que para estar protegida contra los virus VPH 16 y 18 se requieren las tres dosis, sin excepción.
Sobre el virus y lo que puede ocasionar
Según el Ministerio de Salud de la Nación, se estima que 4 de cada 5 personas (es decir, 80 por ciento) van a contraer uno o varios de los tipos de VPH en algún momento de sus vidas. En general, la infección por VPH se cura sola, de manera espontánea, sobre todo en las mujeres menores de 25 años, sin producir ningún síntoma ni manifestación en el cuerpo.
“Hay más de 150 tipos hasta ahora, se van descubriendo nuevos permanentemente. De esa familia tan extensa, hay algunos, cerca de 20, que tienen una capacidad oncogénica, es decir, que pueden generar tumores. Pero tener VPH no significa que se vaya a desarrollar una lesión. La mayoría de las infecciones por este virus desaparecen solas. Únicamente si la infección persiste por muchos años, los VPH de alto riesgo oncogénico pueden causar lesiones en el cuello del útero de la mujer, que pueden evolucionar al cáncer”, explicó Gioconda Lo Castro, ginecóloga especialista en el tema.
La profesional enfatizó que una portadora corre el riesgo de generar un tumor, pero no quiere decir que vaya a desarrollarlo inexorablemente. Puede hacerlo o no y esto dependerá de la presencia de otros co-factores. Algunos de estos son: la promiscuidad, el cambio constante de pareja, el inicio sexual a temprana edad y el humo del cigarrillo.
"También las fumadoras son más propensas a desarrollar cáncer de cuello por acción de este virus porque la nicotina y cotinina-componentes del tabaco-, tienen un gran poder letal sobre el sistema inmunológico entonces, al fallar el sistema de defensa, el virus puede cumplir su función”, expresó Lo Castro.
Al igual que Cerchiai y Aguilar, la ginecóloga recomendó que, aunque la mujer esté vacunada contra el virus debe hacerse los controles porque la dosis no la previene totalmente del cáncer de cuello.
Otro dato significativo que explicó la profesional -ex docente de la Facultad de Medicina de la UNCuyo- es que la iniciativa ahora es intentar comenzar a vacunar a los varones, porque el hombre se contagia de la mujer y viceversa. En general, el efecto de este virus en las personas de sexo masculino es mínimo, porque para poder desarrollarse el VPH es muy dependiente de la concentración de estrógenos, una hormona eminentemente femenina a pesar de que en el hombre también hay en pequeña proporción.
“Sin embargo, en el norte de Brasil es muy común el cáncer de pene y está vinculado intensamente al VPH. Esta enfermedad no tiene cura y puede terminar con la amputación del pene, algo terrible desde el punto de vista orgánico y psíquico. Por eso también es importante tener en cuenta la connotación regional, climática y ambiental”, expresó Lo Castro. La especialista informó que lo que sí se está viendo, incluso en Mendoza, es el cáncer de lengua y boca vinculados con este virus a causa de las prácticas de sexo oral.
También es importante recalcar que si bien el preservativo ayuda, no previene completamente el contagio de este virus ya que, a diferencia de otras enfermedades como el SIDA, el Virus del Papiloma Humano no se contrae a través de fluidos sino de contacto y roce.
El VPH no es fácil de detectar y depende de la interpretación del operador que realiza los estudios de papanicolau y colposcopia, aunque puede arrojar resultados falsos negativos. Por este motivo, Lo Castro presentó este año un nuevo proyecto basado en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para establecer por ley que se creen los laboratorios de detección viral y hacerlo obligatorio en las pacientes de 30 años en adelante, ya que el cáncer de cuello se instala a esa edad. De esta manera, las mujeres que tienen el virus positivo serían pacientes de riesgo. En este momento, la propuesta está siendo discutida en la Legislatura.
“En el papanicolau y en la colposcopia nadie puede decir si hay VPH, sino que hay que hacer un estudio muy estricto en laboratorios muy especializados del ADN viral y que específicamente se llama hibridación molecular. He tenido conocimiento de que en Jujuy, el Ministerio de Salud de la Nación, ha creado un programa donde hacen el papanicolau y la detección viral simultáneamente, algo que me ha sorprendido gratamente. Esto es muy importante porque de esa manera se consigue asegurarle al paciente un estudio digno de confianza y muy útil para su pronóstico tumoral”, señaló Lo Castro.
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