Los retratos de Perón, Yrigoyen, Evita, el Che y Sandino, entre otros, serán testigos hoy de la asistencia de más de quinientos soldados voluntarios a la Galería de los Patriotas de la Casa Rosada. La presidenta Cristina Fernández los invitó para entregarles netbooks, en el marco del plan Conectar, y anunciar el reforzamiento de convenios entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas. El objetivo es ampliar el alcance del Plan FinEs para que cada vez más soldados completen los estudios secundarios y aprendan oficios. “Hay un camino del voluntariado militar que es distinto a ese proyecto estigmatizador de la pobreza aprobado por el Senado”, dijo a Página/12 el ministro de Educación, Alberto Sileoni. La estrategia es transparente: vaciar de contenido el planteo del Servicio Cívico Voluntario, impulsado por el vicepresidente Julio Cobos y sancionado por la Cámara alta.
Apenas despuntó el debate en la Comisión de Justicia y Asuntos Penales del Senado, el oficialismo planteó el rechazo frontal de la iniciativa que tenía, inclusive, el aval del ex ministro de Defensa José Pampuro. En la última sesión de septiembre, por 33 votos a 31 –fueron determinantes las abstenciones de María Eugenia Estenssoro y Norma Morandini, así como la ausencia de Rubén Giustiniani–, la oposición dio vía libre para que Diputados trate la inclusión de jóvenes en riesgo de 14 a 24 años en los cuarteles para completar sus estudios y/o aprender un oficio a cambio de un pago de 540 pesos mensuales.
La ministra de Defensa, Nilda Garré, calificó el proyecto como “un disparate”. El resto del gabinete abundó en el uso de ese calificativo teniendo en cuenta que fue analizado junto a un paquete de ideas destinadas a políticas de seguridad y, en ningún momento, consultaron a Educación, Trabajo o De-sarrollo Social. “Propuestas como ésta se impulsan para avalar un sistema que ha decidido dar respuestas demagógicas a una sociedad que reclama seguridad, acalorando la histeria punitiva. Sostenemos que este proyecto se concibe en el marco de una avanzada de los sectores de derecha, que insisten en que las Fuerzas Armadas vuelvan a opinar sobre asuntos de seguridad interior. No es un dato menor que el Ejército rechace públicamente el proyecto de utilizar sus instalaciones y personal para el Servicio Cívico Voluntario por contradecir su rol constitucional y el marco legal vigente”, se pronunció la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata. En la misma línea había planteado sus críticas el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
En la Cámara baja, la discusión cruzó las diferentes bancadas. El kirchnerismo mantiene los argumentos en contra y en la oposición florecen críticas que prenuncian un derrotero complicado. En el Peronismo Federal, en el radicalismo alfonsinista, en la Coalición Cívica y en el socialismo son más los reparos que los elogios para el diseño elaborado por los radicales mendocinos Ernesto Sanz y Laura Montero. Pero como todo puede ser posible en el Legislativo, el Ejecutivo decidió reforzar las herramientas que ya están en uso para cumplir con la Ley Nacional de Educación. Esa norma obliga al Estado a garantizar los estudios secundarios para todos. En ese marco, la Presidenta, Sileoni y su par de Trabajo, Carlos Tomada, anunciarán hoy los alcances del plan Finalización de Estudios (FinEs) para soldados voluntarios.
En diciembre de 1994, después del escándalo provocado por el asesinato del conscripto Omar Carrasco a manos de un subteniente y dos soldados ayudantes, el Congreso sancionó la creación del Servicio Militar Voluntario en reemplazo del obligatorio. La colimba (corre-limpia-barre) pasó a la historia con el peso de que la absoluta mayoría de los muertos en la guerra de Malvinas habían sido conscriptos. El nuevo sistema de libre elección incorpora a hombres y mujeres de 18 a 28 años. El nivel primario completo y la aptitud física básica son los únicos requisitos para los soldados voluntarios. Como contrapartida, obtienen aportes jubilatorios, obra social, un sueldo promedio de 1600 a 2000 pesos y la posibilidad de continuar la carrera militar.
Los soldados voluntarios incorporados en las tres fuerzas armadas son 17.200. Teniendo en cuenta las condiciones de ingreso, una gran mayoría pertenece a sectores populares. La baja capacitación es una de las características. En el Ejército calculan en más de mil los jóvenes que ya están cursando el plan FinEs en distintas zonas del país. El programa, lanzado en 2008, se orientó en una primera etapa a aquellos que adeudaban materias del secundario para que completaran el ciclo. En 2009 se extendió a quienes no habían iniciado o finalizado el primario o el nivel medio. Más de setecientos mil inscriptos y 206.051 egresados son las cifras que manejan en Educación. El cursado se adecua a las necesidades de los alumnos, las clases a distancia a través del canal Encuentro son una de las estrategias destinadas a dar las herramientas para cumplir con el derecho a la educación. La cartera educativa capacitó a 51 mil profesores y se llevan invertidos 154.710.640 pesos.
Para los chicos de 14 años, edad puesta como piso del proyecto sancionado por el Senado, es la escuela y no los cuarteles el escenario donde encontrar capacitación y contención
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-155017-2010-10-15.html
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