Se acabó la discusión por la reforma constitucional que impulsaba el justicialismo. Una sencilla acta acuerdo firmada por 13 senadores rechazando el proyecto alcanzó para finalizar un proceso que se inició formalmente ayer. Esos 13 senadores de la UCR, PD y Pro bloquearon la avanzada del PJ sencillamente porque le restan el número exacto de votos que se requieren para impedir que el oficialismo alcance los dos tercios exigidos para aprobar la ley que declara la necesidad de la reforma.

De acuerdo al artículo 223 de la Constitución provincial vigente, para sancionar la ley que declara la necesidad de la reforma hacen falta los dos tercios de los miembros de ambas cámaras. En el caso del Senado provincial, son 38 escaños. Los dos tercios suman 26 votos. Si a los 38 totales se les resta 13, la cuenta queda en 25. Y con un compromiso firmado en un documento público, resulta casi imposible que el PJ pueda dar vuelta el voto que necesita para la media sanción del Senado. Salvo que alguno de los firmantes quiera quedar públicamente en evidencia.

Esto implica, a menos de tres semanas de que remitiera el proyecto a la Legislatura, que la iniciativa que lanzó el propio gobernador de la provincia, Francisco Pérez, quedará en la nada.

Poco duró la esperanza, incluso tras el gesto político del renunciamiento a la reelección para sí mismo. Si bien la cuestión estaba trabada y desde hace días que amenazaba con quedar en la nada, nadie en el oficialismo esperaba esta movida definitiva de los senadores opositores (10 de la UCR, dos del PD y 1 del Pro). Incluso, si bien algunos de los legisladores del oficialismo asumían que era probable que todo quedara en nada, aspiraban a poder llevar adelante el debate público y, de esa manera, poner imponer el ritmo de la agenda política.

En ese esquema, hasta una eventual derrota en el debate era ganancia, pues podrían acusar a la oposición (particularmente al radicalismo, fuerza de larga tradición en intentonas reformistas) de obstruir la modernización de las instituciones, de evitar la inclusión de nuevos derechos y de impedir la limitación a las reelecciones indefinidas de 313 de los 315 cargos electivos de Mendoza (los únicos dos que no se reeligen son gobernador y vice). Todos estos han sido hasta ahora los argumentos esgrimidos por el PJ para explicar por qué debía hacerse.

Ahora podrá transformar sus razones en acusaciones, pero la aventura del debate prolongado en el tiempo y de hablar de otras cosas que no sean los temas de la oposición, particularmente la reforma política que impulsan PD y UCR, son un incentivo que se perderá y que probablemente mate también esta última reforma, porque la parará el propio PJ cuando el paquete de leyes llegue a la Cámara Alta.

"Decidimos cortar con cualquier especulación", dijo el presidente del bloque UCR Armando Camerucci. Del lado del PD, Carlos Aguinaga decía que con ese acuerdo le daban el "no a la reforma y el no a la reelección del gobernador. Ahora deberá dedicarse el 100% del tiempo a gobernar".

El único representante del Pro en la Legislatura, Gustavo Cairo, también firmó y dijo que el proyecto remitido por Pérez a la Legislatura incluía el rango constitucional de los decretos de necesidad y urgencia, tal como existen a nivel nacional y que han sido tan cuestionados.

Además, el texto insiste con la flexibilización del artículo 221 de la actual Constitución mendocina, en el que se fija el mínimo de votos de la ciudadanía necesarios para habilitar una reforma: "Esto es abrir la puerta a nuevas reformas y ya fue rechazado por los mendocinos", dice Cairo recordando la enmienda impulsada por Celso Jaque para que ese artículo en lugar de decir la mitad de los electores diga la mitad de los votantes y que fue votada sin éxito el año pasado.

Un detalle para nada menor es que el bloque de la UCR ocupa 13 bancas de las 38. Pero sólo 10 de los 13 firmaron. Los tres que no firmaron son los iglesistas Daniel Vilches, Milagros Suárez y Abel José. Este último dijo: "Es importante charlar del tema. Más allá de que acordemos o no. Yo estoy de acuerdo con una reforma, no con la reelección, por lo menos para este período".

Ahora cabe esperar la reacción oficialista. En principio, el justicialismo parece haberse llamado a silencio. Los Andes consultó al vicegobernador Carlos Ciurca y éste se excusó diciendo: "Vamos a hacer declaraciones después del encuentro del PJ". Ese encuentro será el sábado próximo en San Martín.

Reproches y diálogo roto por "aprietes" K

El PD siempre es número puesto en los "No" a las reformas constitucionales. En palabras del senador Carlos Aguinaga, los demócratas son partidarios de "reformas acotadas" por lo que era esperable el rechazo definitivo, cuando el PJ había planteado 80 puntos para modificar. Lo que no se explicaba era el "no" cerrado del radicalismo, un partido con una tradición en lo que a reformas constitucionales se refiere.

Algún legislador de la UCR decía: "No podemos pensar en reforma constitucional cuando el oficialismo hace silencio mientras La Cámpora viene a apretarnos". En la memoria de la UCR está presente la inauguración de la escuela Pirovano en Godoy Cruz, donde estuvieron presentes los militantes del MUP que conduce el concejal de ese departamento Mariano Maure. A esa misma inauguración fue Alfredo Cornejo y fue fustigado por la barra. También remarcan otro hecho, cuando el mismo MUP apareció por la Legislatura y uno de sus seguidores casi se va a las manos con Armando Camerucci. Este es el clima hostil que denuncia el radicalismo.

Camerucci lo dijo con todas las palabras: "El envío del pliego de (Jorge) Mastracusa para el EPRE sin consultarnos fue la ruptura del diálogo. Pero antes tuvimos agrupaciones kirchneristas en escuelas de Godoy Cruz. Esas mismas agrupaciones vinieron a apretarnos en el recinto y el peronismo no reaccionó para controlarlos. Este peronismo no tiene nada que ver con el del gobierno anterior, con el que se podía dialogar. Atropellan, buscan enemigos y rompen el diálogo con la oposición. No le vamos a entregar una convención constituyente al kirchnerismo de (Leonardo) Martí y Maure".

Maure ya fue presentado en esta nota. Martí es el coordinador de la Feria del Libro que se hizo famoso por decir que "para nosotros hay intelectuales respetables y otros que no lo son" y que Jorge Lanata y Beatriz Sarlo "son poco serios"