Un consorcio de firmas del rubro ofreció financiar las líneas de montaje de las bombitas de nueva tecnología, pero a la vez deben conocer cuál sería la recepción de los supermercados regionales para ubicar en el mercado el nuevo producto. La repartición que conduce Guillermo Moreno monitorea las negociaciones, buscando garantizar un precio atractivo para el público muy cercano al vigente para las lámparas de bajo consumo. El uso de la tecnología LED reduciría sensiblemente el consumo de energía eléctrica, bajando en consecuencia la necesidad de importar gas para alimentar las centrales térmicas.

Ayer se presentó formalmente la empresa LedAr. El proyecto de la producción de lámparas LED fue presentado por empresarios de la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines (Camoca) al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. La idea era comenzar a ensamblar las lámparas en el país, con el horizonte de poder sustituir luego algunas partes. Aceptarían trabajar con un margen muy bajo de ganancia o incluso a pérdida, siempre que las lámparas sirvieran para “equilibrar” su propia balanza comercial. Es decir, que pueden con eso realizar sus importaciones de manera más fluida.

En un mercado protegido por la administración comercial, las empresas podrían vender mucho y el Estado reduciría sus importaciones de gas. Una lámpara LED que consume 7 watts tiene una potencia similar a una lámpara bajo consumo de 12 watts y a una incandescente de 40 watts. Además, las LED ofrecen una luz agradable y tienen una duración de 30 mil horas, contra 8 mil de las bajo consumo. A Moreno le gustó el proyecto. Exigió que el precio sea de 29 pesos para la lámpara de menor potencia (7 watts), menos de la mitad del valor que hoy tiene en el mercado.

Las empresas Pc Arts, Exo, Novatech Solutions, Grupo Núcleo, Corporate, G y P New Tree, Baires Full Trading, Coradir, ICAP y Siasa conformaron el fideicomiso UFI Luz para financiar la instalación de las líneas de montaje. El plan es importar entre 200 a 300 mil lámparas, luego traer partes para ensamblar un millón a partir de 2014 y sustituir partes en otro millón de lámparas. Las empresas dicen que hay posibilidades de sustitución, aunque no hay un plan definido.

“¿A cuánto le van a vender la lámpara al comercio?”, preguntó uno de los veinte supermercadistas regionales –nucleados en la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA)– a Carlos Simone, titular de Camoca, quien antes había relatado la historia de LedAr. “Ustedes se llevan el 10 por ciento”, contestó Simone. “Con ese margen perdemos plata”, retrucaron.

Entonces un supermercadista preguntó si el precio de 29 pesos estaba impreso en la caja o si era “sugerido”. Léase, si se puede evitar tener que vender a un precio tan bajo. “Es el precio solicitado por el Gobierno”, respondieron de LedAr, y agregaron que “todos por ahora vamos a pérdida, pero la apuesta es insertarse en el mercado y luego vender lámparas de mayor potencia, donde el margen es más atractivo”.

“No entiendo por qué el precio no es de 39 pesos. Así podríamos tener una rentabilidad adecuada. Apoyo la solidaridad, pero somos empresarios y queremos ganar plata. Yo ya aporto al Estado con mis impuestos, ¿por qué nos piden un esfuerzo extra que supone una pérdida segura a corto plazo?”, resumió un supermercadista el pensamiento de varios. La llave, como en otras iniciativas de Moreno, la tendrán las grandes cadenas de supermercados. “Allí las lámparas serán un producto más de los tantos que hay a precio acordado”, explicó a este diario Javier Nazeio, director de LedAr.