Pequeñas grandes satisfacciones. Como cuando Stella Maris Porticella (34) vio a una de sus alumnas en la audiencia pública para debatir en el Congreso de la Nación el voto optativo a partir de los 16 años. O como cuando los alumnos de Pablo Princz (27) ganaron el primer premio en un concurso para emprendedores, y el intendente de San Fernando fue a la escuela para entregárselos. Stella Maris y Pablo son dos de los docentes que participaron del programa “Enseñá por Argentina”, una experiencia internacional que promueve una ONG para la entrada de profesionales a la docencia en escuelas de bajos recursos.

Stella Maris es abogada y licenciada en Relaciones Internacionales. Vio un aviso en el que buscaban profesionales para la docencia, con “alta tolerancia al fracaso y personalidad”. Sintió que podía cuadrar con la búsqueda, aunque nunca esperó que la experiencia le cambiaría la vida. “Esto es mucho más que un trabajo. Es poner al servicio de otras personas lo que vos recibiste, para que ellos en el futuro también puedan ser parte de esto. Nuestra tarea es tratar de que la educación sea un factor de igualdad”.

Pablo estudió Ciencias Políticas y trabajaba en Recursos Humanos en una empresa de las grandes, pero quiso cambiar el rumbo: “Volví al ámbito académico. Empecé a trabajar en proyectos de investigación y no sé muy bien cómo terminé en el plan Enseñá por Argentina”. Está transitando los últimos meses del ciclo de dos años establecido para cada profesor. Dio clases de Geografía, Historia, Economía y Sociología a alumnos de 14 a 18 años, en escuelas de Virreyes y La Cava. “Me faltaba entender desde adentro cómo funciona el sistema educativo argentino. Y me encontré con una experiencia espectacular, porque hay un montón de chicos que buscan algo diferente para su destino, que quieren aprender, que tienen sueños”, dice Pablo.

En la Argentina el plan tiene el auspicio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y aporta profesores para escuelas de Retiro, Villa Luro y Villa Soldati de Capital Federal, y Avellaneda, Pilar, Boulogne, La Cava, San Fernando y Tigre en el Gran Buenos Aires.

Si bien todavía no hay estadísticas oficiales sobre el impacto local del programa en las escuelas en donde se aplica, la meta es obtener resultados similares a los que el programa tuvo en Chile. Esto es, un incremento comprobable en el rendimiento de los alumnos en Matemática y Lengua.

Los coordinadores de la experiencia apuntan a que los profesionales “puedan colaborar por una mejora educativa significativa”, aunque no apunta a marcar una diferencia entre sus docentes y los profesores convencionales, sino que busca sumar el compromiso de muchos jóvenes para que puedan colaborar con los que ya trabajan por una mejora educativa en el país. Todos juntos, para sumar muchas más de las pequeñas grandes satisfacciones.