Los Andes - Sábado 31 de octubre de 2015.
Se trata de un sistema de calefacción único en el país y pionero en Sudamérica. Está instalado en el moderno edificio ubicado en Tunuyán. Aseguran que se ahorra energía.
Los lectores asiduos u ocasionales que en el último año han pasado por la moderna construcción que cobija a la biblioteca popular Segundo Manuel Estevez de Tunuyán, destacan la calidez y amplitud de las instalaciones. Sin embargo, pocos saben que este edificio público utiliza un sistema de energía geotérmico que es único en el país y pionero en Sudamérica.
El mecanismo -diseñado por especialistas mendocinos- reduce entre un 35 y 45 por ciento el consumo de energía destinado a calefaccionar ambientes en invierno o refrigerarlos en verano.
Para lograrlo, toma la temperatura promedio que se encuentra en las capas subterráneas -que en la región es de unos 16°C y que se mantiene estable a lo largo del año- y desde allí trabaja en acondicionarla según la temperatura a la que se quiera llegar.
“Aprovechamos la energía que está bajo tierra. No es lo mismo calentar un hogar, partiendo de los dos grados bajo cero que marcan los inviernos en el Valle de Uco, que empezar con los 14°C del subsuelo. Este margen es el que permite el ahorro en el consumo”, señala el mentor del sistema, Rogelio Cagliari. El referente de Termo Obras SA obtuvo un premio internacional a la innovación tecnológica por esta construcción.
Su equipo, junto al de arquitectos Paoleti-Bocanegra, fueron convocados por el Gobierno para edificar estructuras sustentables y ecológicas. Al principio, las 18 bibliotecas públicas que se están construyendo en Mendoza iban a contar con este sistema geotérmico; sin embargo, las resistencias propias a lo desconocido y los altos costos de implementación, hicieron que su aplicación se redujera a las de Tunuyán y Junín. Pronto, se inaugurará en San Carlos otra biblioteca de estas características.
Sin embargo, en general, estos edificios públicos fueron pensados para una mejor convivencia con el medio ambiente. El edificio de calle Alem, en Tunuyán, también cuenta con paneles solares. Estos no sólo permiten ahorrar electricidad, sino también devolver a la red el excedente que se genera en tiempos donde la biblioteca no funciona (fines de semana) o en horas de mucha luz (verano).
Este sistema converso -de consumo y devolución de electricidad- requirió un medidor especial y una adaptación en lo legal y administrativo de la red. “No son decisiones fáciles. El costo total de la obra se incrementó en un 5 por ciento, pero después se amortiza con la recuperación y el cuidado de la energía en tantos años de uso”, explicó el ministro de Infraestructura, Rolando Baldasso, quien señaló que una aproximación a este sistema se aplicó en el centro cultural Julio Le Parc, de Guaymallén.
Al calor de la tierra
El sistema geotérmico comenzó a implementarse en Europa -hace dos décadas- sobre todo en uso doméstico. Poco a poco, el interés por estos mecanismos se ha ido ampliando y cada vez hay más consultas e interesados en el país. Por ejemplo, una firma hotelera lo implementó en la construcción de una posada en Tupungato y se proyecta un centro de congresos con tal tecnología.
El equipo funciona con un intercambiador geotérmico vertical de baja profundidad: circuito de serpentinas, por donde circula el agua, que se instala a unos cinco metros de profundidad, generalmente debajo de los jardines.
Entonces, entra en juego una bomba geotérmica (máquina de la firma estadounidense Trane WSHP), que lleva esta energía al sistema frío-calor de la biblioteca. “De allí se distribuye por los ambientes, con una instalación tradicional de las que se usan en interiores”, apunta Cagliari.
Según el técnico y las personas que trabajan en el lugar, el sistema ha dado grandes resultados, tanto en los veranos como los inviernos ya pasados.
“Se trata de 160 metros cuadrados y se están calefaccionando o refrigerando con un consumo de 4 kilowatts, que es el equivalente a lo que gastan dos caloventores”, graficó el hombre.
La construcción propia del equipo geotérmico no lleva más de dos meses y, en este caso, se tuvieron en cuenta algunas tareas extras para optimizar su utilización: se reforzó la aislación de las paredes externas y se puso énfasis en el techo y las aberturas, que fueron dotadas de vidrios del tipo termo panel con cámara interna.
El ministro de Energía, Marcos Zandomeni, destacó el uso de recursos alternativos. “Es un hecho que este tipo de energías ocupará un porcentaje muy elevado en la matriz energética provincial en los próximos 25 años”, arremetió.
Por su parte, desde la comisión directiva de la biblioteca Estevez dijeron estar muy conformes con el funcionamiento del sistema. “Tiene un regulador automático, que hace que no gastemos energía de más y siempre está en la temperatura ideal. No hace frío ni calor. Ojalá todos pudiésemos tener esta tecnología en la casa”, dijo una de las referentes de la institución.
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