Página 12 - Miércoles 13 de junio de 2012
Ante un repleto Museo del Bicentenario, Cristina Fernández de Kirchner anunció, acompañada por Axel Kicillof y Diego Bossio, el plan habitacional de cuatrocientas mil unidades. Remarcó la decisión de apostar al crecimiento y criticó el ajuste.
Cien mil viviendas que alojarán a unos cuatrocientos mil argentinos sólo en el primer año: tal es el ambicioso objetivo que se plantea el Programa de Créditos Argentina (Pro.Cre.Ar) Bicentenario, un programa de créditos hipotecarios destinados a la construcción de nuevos hogares para familias que presentó anoche la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La iniciativa, que ofrecería respuesta al déficit habitacional, también se espera que funcione como mecanismo anticíclico para generar unos cien mil puestos de trabajo directo (y otros tantos de forma indirecta) justo cuando el enfriamiento de la economía mundial alcanza con sus coletazos a la Argentina. “Vamos a seguir, como lo hicimos en el 2008, como lo hicimos en el 2009, como lo hicimos en el 2010, impulsando las políticas de crecimiento, de inclusión. No creemos en el ajuste, pero fundamentalmente porque entendemos que no es racional, no es razonable que la economía pueda crecer si le restringe el acceso a todo a la gente, porque la que consume es la sociedad”, arengó la jefa de Estado ante un Museo del Bicentenario repleto como pocas veces: a los invitados de ocasión y las ya habituales columnas de agrupaciones juveniles se le sumaba una nutrida concurrencia de obreros de la construcción, todos ellos ataviados con los cascos de plástico amarillo que los caracteriza como miembros de la Uocra, un sector beneficiado de forma directa por el anuncio.
“Yo creo que lo que estamos haciendo fundamentalmente como Estado argentino al generar este programa de créditos del Bicentenario para la vivienda, para la primera vivienda, es redoblar la apuesta del Estado a un modelo de crecimiento y de inclusión social que ha sido muy importante”, definió la Presidenta este nuevo programa en el marco de las políticas públicas que viene llevando adelante este gobierno. Si bien reconoció que existe en la actualidad un déficit en esta variable, CFK explicó que “la necesidad surge de la aplicación de las propias políticas activas de estos años”, en los que aumentó el poder adquisitivo de las personas por sobre el valor de construcción del metro cuadrado, pero aun así, por la “falta de una política hipotecaria por parte de la banca privada” se acentuó la falta de crédito destinado a la compra de viviendas. Es por eso que, además del alcance del plan Pro.Cre.Ar, pidió a la banca privada que “dispusieran parte de sus formidables rentabilidades y ganancias que han tenido precisamente para aplicarlas a la generación y la construcción de nuevas viviendas”. Según pudo averiguar Página/12, en la Casa Rosada esperan que el anuncio de ayer dé lugar a un efecto dominó que en las próximas semanas multiplique la oferta crediticia destinada al mercado inmobiliario.
CFK estuvo acompañada, en el anuncio, por el viceministro de Economía, Axel Kicillof, que se ha convertido virtualmente ya en el vocero del Gobierno en lo que se refiere a iniciativas económicas y productivas, y por Diego Bossio, titular de la Anses, cuyos fondos, junto con otros provenientes del Tesoro, financiarán el Pro.Cre.Ar. Ambos expusieron los pormenores del plan antes del mensaje de la Presidenta por cadena nacional (ver aparte). Fernández de Kirchner también destacó el trabajo de las autoridades del Organismo Nacional de Administración de Bienes (Onabe), el ente encargado de velar por los bienes del Estado, incluyendo los terrenos fiscales, de los que se tomarán las 1820 hectáreas diseminadas en las 23 provincias argentinas sobre las que se construirán las viviendas planificadas en una primera etapa (aunque también habrá créditos para construir para aquellas familias que posean un terreno propio). Estas tierras incluyen superficies ociosas y también otras actualmente destinadas a otras actividades: la mandataria puso como ejemplo un campo de golf en Pacheco que pertenece a las Fuerzas Armadas y también campos que se arriendan para el cultivo de soja, cuyo uso “realmente no está acorde con el mundo que vivimos, no está acorde con las necesidades de los argentinos”, advirtió Fernández de Kirchner.
“Además, no lo hacemos tampoco en cualquier momento, lo estamos haciendo en un momento de dificultades económicas sin precedentes que vienen desde afuera –agregó–. Y lo hacemos porque estamos convencidos de que la política para poder superar las dificultades económicas es generar consumo, desarrollo e inclusión.” La Presidenta también retomó un fragmento del discurso de Kicillof para criticar sin mencionarlo a Mauricio Macri, quien la semana pasada había lanzado a través del Banco Ciudad otro programa hipotecario destinado a los jóvenes. “Esto no es para comprar viviendas hechas, estos créditos son solamente para construir viviendas nuevas. Si no, estamos planteando la generación de una burbuja inmobiliaria y favoreciendo a las personas que ya tienen un inmueble y que quieren venderlo para obtener una rentabilidad, una ganancia y aplicarla a otras cuestiones”, explicó.
De esta forma, la idea es que estas cuatrocientas mil nuevas viviendas que se construirán en los próximos años sirvan como inyección en la economía para paliar de alguna forma la merma de inversiones exteriores causada por la crisis en el Hemisferio Norte, generando nuevos puestos de trabajo (cien mil de forma directa y otros tantos de forma indirecta, según se anunció) y dinamizando así el mercado interno. “A la construcción –sostuvo la Presidenta– se la denomina madre de industrias. Necesitamos, entonces, también para evitar las avivadas de siempre, comenzar con acuerdos de precios entre empresas monopólicas”, y mencionó como ejemplo a las siderúrgicas Siderar y Acindar, a las cementeras Loma Negra y Minetti, pero también a madereras, proveedoras de mosaicos y otros insumos. “Fíjense todo el plexo de industrias que va a llevar un acuerdo y que son muchas las industrias, pero pocos los dueños. Así que creo que vamos a poder hacer por lo menos lo más importante, como siempre, y bueno... es el capitalismo. Tampoco vamos a decir cosas que no son; en realidad, vamos a trabajar con un acuerdo de precios”, anunció, antes de advertir, para finalizar, que “tal cual viene el mundo va a hacer falta mucho compromiso, mucho esfuerzo, mucho trabajo para terminar con las desigualdades, que es la gran lucha, la lucha por la igualdad, la lucha por la libertad.”
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