Salir y nunca más volver, riesgo que ni el instinto de supervivencia puede prever para esquivar a la mismísima muerte, cegado por el exceso de confianza y la convicción de tener todo bajo control. Incluso, por la desgracia, que a veces se cruza traicionera para llevarnos con ella para siempre.

Es la silenciosa trampa de la muerte al volante que todos los años se lleva a decenas de mendocinos, quienes no imaginan encontrarse con ella ni en sus peores pesadillas.
Sin embargo, la lucha contra su letalidad en los caminos parece empezar a mostrar resultados.

Las cifras hablan: este primer trimestre del año se registraron 22 fallecimientos menos que en igual período de 2010, según las estadísticas oficiales del Ministerio de Seguridad, que sólo registra los fallecidos en el lugar del hecho y no los que mueren luego en los hospitales.

En total, 41 personas murieron en accidentes viales (en el lugar del hecho) en lo que va de 2013. En 2010, 62 víctimas perdieron la vida en el mismo lapso.

Pero lo más importante es la evolución estadística. En los años siguientes, la cantidad de muertos viales fue descendiendo en el primer trimestre hasta hoy.

Esto marca una tendencia, algo muy difícil de lograr porque la siniestralidad vial es impredecible, no es cíclica ni estacional y a veces una tragedia con un colectivo, por poner un ejemplo, puede hacer trizas las estadísticas.

Artera y silenciosa

La muerte vial anda por ahí, mezclada entre nosotros. Tiene la habilidad de estar en todas partes a la vez y se vale de nuestras debilidades para caernos encima como un verdugo medieval.

Por eso, el único modo de combatirla es alertar su presencia una y otra vez para que no se nos olvide que, como un cazador furtivo, está la acecho.

Es por eso que la herramienta por excelencia es la prevención, reforzada con los controles y la sanción a través de las multas.

El director de Seguridad Vial de la Provincia, Roberto Munives, explicó a Diario UNO: “Nuestro principal recurso es la prevención a través de campañas mediáticas para concientizar a los conductores de los peligros que corren”.

“Después tenemos los controles viales que los vamos ubicando en las zonas más críticas y, por supuesto, la información que obtenemos de los accidentes que es fundamental para entender el fenómeno”.
Al desgranar cuáles son esos peligros el funcionario detalló: “La velocidad, la noche, la fatiga y el exceso de confianza”.

De hecho, resalta: “La mayoría de las muertes viales siguen ocurriendo de madrugada, en caminos rurales y rutas donde se puede conducir a alta velocidad, mientras que tenemos muy pocas en zonas urbanas donde la densidad de vehículos impide apretar el acelerador”.

Uno de los datos que ha alertado a las autoridades viales es el de las licencias de conducir.

“Un importante porcentaje de fallecidos portan el carnet de conductor por primera vez sin haber llegado si quiera a la renovación”, resalta Munives.

“Esto nos indica que aunque tienen la licencia legalmente, hay una conducta de baja responsabilidad de conducción que hay que revertir”.

Ese dato coincide con la franja etárea que más muertos acumula: “La mayor cantidad de víctimas las tenemos entre los 20 y los 25 años” precisó el director de la Vial.

Pero a la vez advirtió con un ejemplo concreto lo poco predecible que es la accidentología: “En este mes de marzo que termina tuvimos en total 12 muertos, muchos menos que el mismo mes del año anterior, pero 8 de ellos eran mayores de 50 años”.

Queda todo el año por delante y en el Gobierno confían en poder bajar aún más la cifra final que 2012 cerró en 178 víctimas fatales.

La fallecidos que no cuentan

Hay un lado oscuro en la estadística vial mendocina, un costado siniestro, pero no por su perfidia o maldad, sino más bien por su incomprensible ineficacia y justificación.

Es la cuenta que no se hace, o se hace pero no se informa, sobre la cantidad de muertos viales que fallecen en los hospitales.

Aunque suene increíble, desde siempre, los gobiernos mendocinos de turno sólo contabilizan las personas que mueren en el lugar del accidente, pero no agregan ni una semana, ni meses después a los que días más tarde dejan este mundo en un hospital. Ellos son la cifra negra del tránsito mortal, la que no se conoce, la que no se agrega al total anual.

Desde este Gobierno y desde otros siempre afirmaron que esas cifras las procesa el Ministerio de Salud, pero nunca las suman cuando informan el total de fin de año.

La joven de 23 años que conducía el Fiat Palio estrellado, que aparece en la foto de página, murió varios días después y no está contada entre los 41 de este año, como tampoco un motociclista que falleció ayer en el Central. Es hora de que existan.

Comparación enero a marzo 2010 a 2013 de muertos en accidentes viales

2010

Total del trimestre: 62

2011

Total del trimestre: 57

2012

Total del trimestre: 47

2013

Total del trimestre con lo que va de marzo: 41

Detalle 2013

    41 muertes en accidentes viales en el primer trimestre
    19 conductores
    10 acompañantes
    8 peatones
    4 ciclistas

Semana Santa

8 muertes (3 el jueves, 2 el viernes y 3 el domingo).